Treinta y tres años después de su desaparición, María Esther Huallpa Inga y su pequeño hijo Sebastián, de apenas 4 años, fueron finalmente sepultados con dignidad. El crimen, que permaneció oculto por más de tres décadas, fue confesado por el propio autor: Domingo Velásquez Zurita, pareja de la mujer y padre del niño, quien los asesinó en febrero de 1993 en La Oroya y enterró sus cuerpos en el patio de su vivienda.
Velásquez, hoy de 69 años, padece alcoholismo crónico y, según indicaron sus familiares, habría sido declarado inimputable por su estado mental. Sin embargo, su confesión, realizada hace tres semanas, mientras bebía con el menor de sus cuatro hijos, permitió hallar los restos y confirmar una verdad que durante años persiguió a los deudos.
Durante décadas, el hombre sostuvo que María Esther se había marchado con otro hombre, llevándose al niño. Incluso llegó a afirmar que ambos estaban viviendo en Colombia. “En algún momento pensé que los terroristas o los policías los habían hecho desaparecer durante la guerra interna. Pero siempre me pareció sospechoso mi cuñado”, declaró Alejandro Huallpa, hermano de la víctima.
Los cuerpos fueron encontrados en la vivienda familiar, ubicada en el asentamiento humano Leoncio Astete Rodríguez. Las pruebas de ADN confirmaron su identidad y, este domingo 1 de junio, madre e hijo fueron sepultados juntos, en un solo ataúd, en el cementerio de Huichocruz, en Azapampa, Huancayo.
Familiares y vecinos acudieron consternados al cementerio. La despedida fue profundamente emotiva y estuvo acompañada por una orquesta folclórica que interpretó santiagos y huainos tarmeños, tierra natal de la víctima.
“Por fin, mi madre y mi hermano podrán descansar en paz. Siempre habrá un lugar donde podamos visitarlos”, dijo entre lágrimas uno de los hijos. “Solo lo dejamos en manos de Dios”, agregaron sus hermanos antes de llevarlos a su última morada.
Mientras tanto, Domingo Velásquez continúa viviendo en la calle, consumiendo alcohol, libre, a pesar de haber confesado un crimen que marcó para siempre a toda una familia.