El profesor Walter Velásquez relata cómo ideó a Kipi, la niña robot con la cual llevó educación a las comunidades de Colcabamba, en Huancavelica, y las del Valle de los Ríos, En y Mantaro (Vraem), durante la pandemia de la covid-19 y ahora se ha convertido en una receptora de la cultura.
Aquí el testimonio del profesor que lo compartió en un conversatorio de la Universidad Continental, a poco del estreno de la película Misión Kipi, protagonizada por la androide y su creador, este 21 de marzo de 2024.
“No había clases por la pandemia, pero había que dar solución a la educación y esta se amarraba a muchas cosas. Tenía 60 alumnos en mi registro, a 30 los pude contactar por el WhatsApp y los otros 30 estuvieron no habidos; había que ir a sus casas a buscarlos.
Nunca habíamos restringido tanto las clases y yo pensaba en hacer una herramienta para no perder horas lectivas. Al principio se me ocurrió reparar radios y entregar a los estudiantes, pero había que ponerle esa chispa de la creatividad. Entonces dije ‘esto no puede ser una radio, puede ser una robot‘.
El punto era que los robots más avanzados, si revisamos la data desde el concepto de robótica, a veces funcionan con internet, con
una red satelital y en las zonas rurales como Colcabamba, en sus 23 comunidades, el internet era bien complicado. Y por más que hubiera en algunas zonas los recursos económicos de las familias no abastecían una recarga [de internet]. Y por otro lado era cómo llegamos a estas familias.
Pensando todo esto; el analfabetismo en nuestro país es también complicado, en el INEI, la data que revisamos es que, de cada cien mujeres que viven en el Vraem, 70 u 80 no saben leer ni escribir y eso imposibilita que apoyen a sus hijos en el hogar.
Y así nació Kipi: se me ocurrió juntar piezas de chatarra electrónica y darle un poco de chispazo creativo. Pensé en un momento que debía funcionar solamente audio pero al final se fue complementando. Hice las matrices informáticas y de pronto empezamos a programar. El laboratorio donde trabajo tiene más de diez años; participamos en diferentes certámenes con mis alumnos de ciencia, tecnología, robótica, física.
Me sentí muy contento cunado Kipi c0menzó responder palabras, desde las cinco vocales, las letras, lo fonemas, la pronunciación y así comenzó a reconocer mi voz. El reto era que más adelante ya no sólo sea yo y empezamos a trabajar en el reconocimiento de voz de las demás personas. Era complicado porque estábamos en Covid y no tenías que tener contacto con otros. O sea, todo un reto porque querías avanzar y había algo de cortina.
Pero empezamos poco a poco a mejorar su cerebro robótico; por fuera es un hardware de chatarra electrónica, pero por dentro el software ha ido avanzando; tiene una placa electrónica más que le acompaña internamente y empezó a reconocer la voz humana.
Quería que mis alumnos le hablen, los padres de familia le hablen y les pueda responder. El espectro de la voz humana es fascinante, es una ciencia hermosa, cada uno tiene un timbre especial y eso había que adaptar a la tecnología. Se fue mejorando en las semanas.
@misionkipi ¡Kipi te invita a conocer su historia y la del profesor Walter!🤖🎬 No te pierdas #MisiónKipi, dirigida por Sonaly Tuesta, en todos los cines desde el 21 de marzo. 📣¡Vamos al cine!📽️🍿 #TonderoDistribución #cinehechoenregiones #21demarzo #EnDefensaDelCinePeruano #cinehechopormujeres #MaestroRural #DiversidadCultural #Colcabamba #Huancavelica #Huancayo #cineperuano ♬ sonido original – MisiónKipi
¿Pero, qué debía enseñar Kipi? ¿Agarrar de Internet, descargar y entregarlo a los chicos? ¿Esa era la estrategia? Para eso le pongo una laptop. Esa no era la idea y ahí viene la segunda parte.
Siempre he estado pegado a la cultura, a la ciencia, de que la innovación que hacemos debe ser con propósito y debe beneficiar a la sociedad. Ese concepto lo trasladé a este prototipo.
Empezamos a utilizarlo con mis alumnos, se fue mejorando y aproveché para recoger lo que no hay en internet: iba a la familia y hacíamos clases de matemáticas y noté que las familias tenían un bagaje cultural enorme; los huancas, los chancas, los Huancavelica, los Asto tienen mucha cultura detrás como los jarahuis, los poemas, los mitos, las leyendas en quechua y en castellano que no las había escuchado ni las había mapeado en internet.
Ese fue el motivo para poner en su cerebro todo ese bagaje cultural. El mismo quechua en todas sus variedades.
Esta es la robot prototipo 1.0, es la robot madre, con inteligencia rural. La dejábamos en una familia y los chicos avanzaban tres o cuatro clases, lo pasaban a la otra familia y esta avanzaba las clases y cuando regresaba veía que los niños están aprendiendo en comunidad.”
