El agricultor Jorge Figueroa Quinto expuso 770 variedades de papa nativa este martes en la explanada de la Municipalidad de Huancayo, que cultiva en 18 hectáreas de terreno en los cerros de su comunidad Ñuñunhuayo, del distrito de Masma Chicche, en la provincia de Jauja.
Figueroa, de 53 años de edad, tiene la meta de llegar a cultivar dos mil variedades de papa nativa en un año en sus predios que dependen solamente de las lluvias para producir, a tres mil 800 metros sobre el nivel del mar.
El hombre del campo contó que hace 12 años, cuando decidió dedicarse al cultivo de la papa, sólo tenía 30 variedades de papa y poco a poco comenzó recolectar más variedades de distintas regiones del país, en las ciudades donde acude a las ferias ecológicas.
En uno de esos viajes que realizó a Trujillo encontró tirado en el suelo unas papas de la variedad Huevo de indio, los trajo a Jauja y la sembró. Eso fue hace seis años más o menos. De esa forma, en sus viajes a Cusco, Puno, Huancavelica, Pasco, La Libertad y otras regiones ha ido enriqueciendo su colección de papas nativas y las cultiva.
De Huánuco, dice, trajo variedades de papa amarilla. Con ese mismo método de recolectar semillas, se ha puesto como meta llegar a las dos mil variedades de papa nativa. En el trabajo de campo un papel fundamental cumple su esposa, Julia Palacios Román. Ambos se encargan de que los cultivos prosperen, abonados con guano de los animales.
Don Zócimo, de Paucará: Más de 40 años sembrando papa
Junto a otros productores, don Zócimo Ataypoma Escobar ha llegado desde Santa Cruz de Paccho, distrito de Paucará, provincia de Acobamba, región Huancavelica, con 150 variedades de papa nativa.
“Mira mis manos, con callos de tanto trabajar la tierra”, dice. Tiene 50 años de edad, de los cuales 40 se los ha dedicado a la agricultura.
“Es sacrificado sembrar, invertimos dinero, como más de mil soles por hectárea y muchas veces perdemos, y nadie nos considera”, dice don Zócimo.
Muchas plagas enfrentan los agricultores, como el papacuro, un gusanito que pone sus huevos en las papas cosechadas y malogra el tubérculo almacenado. También están la chupadera y la rancha cuando hay muchas lluvias. Y otras nuevas plagas que aparecen sin piedad por el cambio climático.
Este 30 de mayo está contento don Zócimo. Ha viajado acompañado de sus hijos, quienes en su tierra pelan las papas y las pican para venderlas en pollerías. Con su vestuario típico de sombrero negro con mostacillos ordenados y dorados presenta algunas de sus variedades: Rontos, Sumac Soncco, Pocya, Puca Putiz, Acco Suyto, Suri, que pronunciada en quechua suena deliciosa.