Desde hace 10 años, Hugo Muñoz realiza el ritual de pintarse el rostro y salir a escena, bajo las luces del Circo de la Alegría, para reírse con el público y de nadie en específico. Él encarna a “Pitillo”, el primer payaso del Perú.
Hugo cultivó el arte de hacer reír a los demás desde los 6 años. Inició haciendo fiestas infantiles y confesó que “un buen artista no proviene de las clases altas. El arte, sobre todo el arte circense, necesita hambre. Porque hambre es lo que te hace querer crecer, surgir”, señaló Muñoz en una entrevista para Agencia Andina, el pasado julio.
Como heredero de la tradición circense de su familia y tras viajar por el mundo y trabajar en circos reconocidos, como el de los Hermanos Fuentes Gasca (México), los Hermanos Atayde (México) o el Tihany (Brasil); “Pitillo” fundó el Circo de la Alegría con su esposa, donde muestra constantemente el empeño por traer shows renovados para toda la familia.
El asistir a este circo es una terapia donde no solo se puede reír, sino también reflexionar: una oportunidad para conectar con tu niño interior y escuchar a tu corazón. Está ubicado a un par de cuadras de la Ciudad Universitaria, en el complejo deportivo La Victoria de Huancayo.
Un espectáculo digno de apreciar más de una vez por la capacidad de los artistas para dejarte en suspenso con las presentaciones acrobáticas, de aerealistas y contorsionistas; el ingenio de los payasos y la hábil mascota de “Pitillo”, acompañados de música en vivo, como en los circos de antaño.