Flor Pucarina, la incomparable Faraona del Cantar Huanca, nunca pasa de moda. Este 2025 cumplió 90 años de su nacimiento. En medio de la conmemoración, un nuevo libro con fotografías inéditas rinde homenaje a la artista cuya huella sigue conmoviendo generaciones.
Con una cámara, el productor musical y aficionado a la fotografía Florentino Mucha Parque registró cerca de mil imágenes de Flor Pucarina entre las décadas de 1960 y 1980. Para muchos asistentes a los coliseos, él era simplemente “el señor de la cámara”, siempre atento a capturar u obtener la imagen de la cantante.
“Recuerdo que un señor iba al coliseo con su cámara… no sé si sería él, tendría que ver su foto, pero siempre había un señor con su cámara”, rememora don Julio Vargas Cajahuanca, amigo de la cantante e integrante del dúo Los Aires del Perú. Al revisar una fotografía que también está en el libro. “Sí. Me parece que sí. Recuerdo ligeramente. A ella la acompañaba una joven, olvidé su nombre. A veces nos reunimos en compañía de Emilio ‘Moticha’ Alanya. Pasaron desde aquel ayer ya muchos años”, dice don Julio.

“Muchos hemos derramado lágrimas escuchándola”.
Para don Julio, este libro es más que una publicación que merece destacar.
“Es importante para la cultura musical del centro, del folklore. Y más tratándose de un personaje emblemático como Flor Pucarina, una cantante con una voz sentimental que llegaba al corazón y al alma. Muchos hemos derramado lágrimas escuchándola”, dice al otro lado del teléfono.
Y como si respondiera a un llamado antiguo, se anima a cantar, suave pero firme:
“Aunque lejos me encuentre llorando por ti, solo espero que vuelvas…”
Recuerda también la amistad entrañable que él y don Alberto ‘Tato’ Buendía compartieron con la artista. Flor Pucarina le dedica un tema a Tato.

“Con Tato hemos estado con ella, hemos tomado lonche, incluso nos ha llevado al hotel, al cuarto. La hemos ayudado a vestirse. Se ponía su atuendo wanka y nos decía: ‘¿Ahora cómo me ven?’ Le pasábamos la lliclla, el sombrero… y decía: ‘Mi florcita me falta acá’”.
Luego revela un detalle íntimo que se confirma en muchas fotografías del libro:
“Ella siempre se ponía una flor por el sombrero porque tenía una cicatriz en el rostro y buscaba taparla. Si observas las fotos, verás que siempre está con una florcita o el cabellito sobre el rostro”.
En efecto, en el lado izquierdo de su cara siempre aparece una flor o un mechón. En una de las imágenes del libro aparece junto a Humberto ‘Huachito’ Sarmiento Herrera, con quien se casó el 14 de noviembre de 1964. Cada uno sostiene una copa y él le besa justamente la mejilla izquierda.
Las fotografías la muestran en escenarios, sesiones improvisadas, momentos familiares y escenas cotidianas, muchas de ellas nunca antes vistas. El trabajo de Nilda Mucha y Yhon León tomó diez meses.
Según el editor, han quedado “muchísimas fotos pendientes, incluso de la “vida íntima de Flor Pucarina””, material que esperan mostrar más adelante de forma académica, dependiendo también del financiamiento.
El antropólogo precisa que la publicación busca engrandecer la imagen de la artista; aclarar, revelar y precisar datos que permanecían en la incertidumbre o que no habían sido mostradas, como su rol como diseñadora de modas: muchos de sus trajes los diseñaba ella misma, e incluso su labor como promotora cultural.
Por su parte, la autora señala que el libro es un doble homenaje a Flor Pucarina y a su padre, fallecido hace tres años.
Yhon León detalla que este primer fotolibro de la editorial es full color, impreso en papel couché, libro cocido y de formato 17 x 24 cm, “todo un desafío económico”.
Pucarina cantaba con sus amigos

Entre los recuerdos más queridos de don Julio están aquellos momentos en que, lejos del público, Pucarina compartían canciones sin formalidades.
“En público no cantamos juntos, pero tomando un café o antes de que ella actuara, o con un calientito… primero calentábamos la garganta y sí cantamos varias veces: Tato, Flor y yo”, confiesa don Julio.
Recuerda también: “Unas veces la acompañaba uno de la PIP y también uno que cantaba huaynos. El huayno que gustaba en reuniones amicales es ‘Mal de ausencia’ de Juan Bolívar”.
Entonces vuelve a cantar, con la emoción encendida en la voz:
“Sola, siempre sola por el mundo…”
Y como si la acompañara, entona nuevamente:
“Déjame nomás y no vuelvas a buscarme, sigue nomás tu camino…”
Antes de despedirse, ofrece hacer la segunda voz en una futura visita. Y deja una frase que parece cruzar el tiempo:
“Esta vida bohemia, poco a poquito me está matando…”
Una edición limitada para coleccionistas. Hasta que recién llegas es un fotolibro que está a un precio de 80 soles, pero gracias a Lliu Yawar ofrecemos a nuestros seguidores un 25% de descuento exclusivo para los seguidores de Huanca York Times solo hasta el 30 de noviembre.
Los pedidos se realizan al 917 535 160.


