Santa Cecilia y los tres años de ‘Ciudad Creativa’ de Huancayo

Huancayo tiene una riquísima tradición en la música que ha trascendido nuestras fronteras. La chicha peruana tiene un capítulo en el valle del Mantaro. Tenemos a Zenobio Dagha, Picaflor de los Andes, Flor Pucarina, Panchito Leith pero falta una política cultural para la música 
Huancayo necesita una política para la música y mantener su título de Ciudad Creativa
Jair Pérez Bráñez
Jair Pérez Bráñez
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El último miércoles 22 de noviembre conmemoramos a Santa Cecilia, la patrona de los músicos. Hace algunos años, con motivo de su aniversario, iniciamos un proyecto en Huancayo con un grupo de artistas e instituciones de la sociedad civil con el objetivo de que Huancayo sea declarada Ciudad Creativa de la UNESCO en la categoría de música. A pesar de que han transcurrido tres años, lamentablemente, se han logrado muy pocos avances.

La Red de Ciudades Creativas de UNESCO (Unesco Creative Cities Network) fue creada en el 2004 con el propósito de garantizar la cooperación y el intercambio entre ciudades. Es una potente plataforma internacional de ciudades que reconocen a la cultura como uno de sus puntales de desarrollo, y generan políticas culturales orientadas a los Objetivos del Desarrollo Sostenible, para mejorar sus ciudades.

Son siete líneas creativas que UNESCO reconoce: Artesanía y arte popular, Diseño, Cine, Gastronomía, Literatura, Arte digital, y Música.

En el Perú, tres ciudades han sido reconocidas como Ciudades Creativas: Ayacucho en artesanía y arte popular, Arequipa en gastronomía y Huancayo en música. Estos procesos han movilizado a la ciudadanía y hemos tenido el privilegio de participar en ellos.

 

Los compromisos de Huancayo incluían mejorar el entorno paisajístico del Parque Inmaculada (peatonalizar y ordenar), la creación de la Carrera Profesional de Música, la “Creación de servicios culturales a través del Parque Cultural Bicentenario”, entre otros

 

La presentación del expediente ante la UNESCO es el resultado de una investigación exhaustiva, que incluye consulta ciudadana y la participación de diversos actores, como la sociedad civil, portadores y artistas, instituciones públicas y privadas, y autoridades. Cada ciudad en consenso y de la mano de sus autoridades se compromete a proponer proyectos a mediano y largo plazo para potenciar su desarrollo y contribuir a la Red Internacional de Ciudades Creativas.

Los compromisos de Ayacucho por ejemplo eran la mejora de servicios artesanales a través de la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (Dircetur), la creación de un clúster artesanal en el Barrio Belén, la implementación del departamento de Arte Popular y Turismo en la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga, el Programa de Recuperación del Patrimonio Cultural del Centro Histórico de Ayacucho, este último se implementa con un préstamo del BID.

Arequipa se comprometió a la creación del complejo de identidad cultural gastronómico, un proyecto de promoción de alimentación saludable, la creación de ferias nacionales e internacionales como: Feria gastronómica Arequipa Mestiza, y el Festival Internacional de Gastronomía–Arequipa (FIGA) que tuvo una versión hace un par de semanas.

Los compromisos de Huancayo

En el caso de Huancayo, los compromisos incluían: mejorar el entorno paisajístico del Parque Inmaculada (peatonalizar y ordenar), la creación de la Carrera Profesional de Música, la “Creación de servicios culturales a través del Parque Cultural Bicentenario”, el que entendemos está en su etapa de expediente técnico.

De cara a fortalecer la red a nivel internacional, se propuso la implementación de la Oficina de Cooperación Internacional en la Municipalidad Provincial de Huancayo, la creación del Festival Internacional de Música “Huancayo para el Mundo”, y, finalmente, la creación del Mercado Internacional de la Industria de la Música en Huancayo.

 

Huancayo tiene una riquísima tradición en la música que ha trascendido nuestras fronteras. La Chicha peruana tiene un capítulo en el valle del Mantaro. El repertorio de Zenobio Dhaga es interpretado por orquestas de diferentes latitudes. Tenemos a Picaflor de los Andes, Flor Pucarina, Panchito Leight pero tenemos una ausencia de política cultural para la música 

 

Sin embargo, ser parte de la Red de Ciudades Creativas no se agota con el cumplimiento de esos compromisos; implica aprovechar las oportunidades y gestionar acciones que beneficien a la ciudad y al mundo. UNESCO es consciente que en un periodo postpandémico muchos de estas acciones tomarán tiempo en su realización, por ello se tiene que dejar constancia de los avances de los compromisos, pero también de otras acciones que se puedan realizar en favor de potenciar esta Red. En su momento hicimos recomendaciones al exalcalde Quispe Ledesma para continuar con acciones que puedan ayudar a posicionar el reconocimiento en la ciudadanía, y también a la exdirectora del Instituto de la Juventud y la Cultura, Karen Oba, sin embargo, nada de ello se concretó.

Por ejemplo, una tarea importante era la construcción de un logotipo de Ciudad Creativa, que tenía la potencialidad de convertirse en una marca ciudad, y que al mismo tiempo pueda ser utilizado por todos los miembros del ecosistema de la música: orquestas, estudios de grabación, productoras, etc.

Así mismo, se recomendó la organización de un Comité Consultivo donde participen distintos actores del sector de la música para asesorar y recomendar acciones en favor de la distinción. También se propuso realizar un mapeo de actores de la música, la organización de las festividades de Santa Cecilia, entre otras acciones. Por ejemplo, recientemente en Arequipa se realizó un congreso de etnomusicólogos que tranquilamente pudo realizarse en Huancayo, o el Festival Bicentenario del Proyecto Especial Bicentenario que reunía música y cultura nacional, mudó su realización a Iquitos por desidia de las autoridades locales.

De Huancayo para el mundo

La distinción de Huancayo como Ciudad Creativa no es gratuita, pues tiene una riquísima tradición en la música que ha trascendido nuestras fronteras. La Chicha peruana tiene un capítulo indiscutible en el valle del Mantaro y la migración de sus protagonistas. El repertorio de Zenobio Dhaga Sapaico es interpretado por orquestas de diferentes latitudes como Intillimani de Chile. Tuvimos a un huancaíno notable como Oscar Badillo director de la Sinfónica de Múnich. O también a uno de los guitarristas más diestros del Perú, pero poco conocidos como el maestro Jerí. Tenemos a Picaflor de los Andes, Flor Pucarina, Panchito Leight que son los ejecutores de nuestras bandas sonoras de la vida.

Pero no todo queda en el pasado, tenemos una actualidad musical que es digna de admiración pues la Plaza Inmaculada es única en el país por la cantidad de orquestas y espacios vinculados a la música a su alrededor, haciéndola un clúster de la música. Tenemos una comunidad rockera muy fuerte que se ha mantenido sólida durante más de 30 años con más de 100 grupos en la actualidad, sin ningún apoyo del Estado. Tenemos músicos de distintos géneros como mariachis, salsa, rock y covers, mucho covers. Tenemos, además, en este momento post pandemia, muchos espacios para la música, bares, tabernas, que actúan desordenadamente en ausencia de una política cultural para la música.

Muchas veces comentábamos que el personaje de la cultura en nuestra región tiene que cumplir otros oficios para tener una vida digna porque no hay un mercado para la cultura. Así el escritor, el pintor, el actor complementan su arte con la docencia o con otros oficios también importantes. Sin embargo, el músico en el valle del Mantaro, y particularmente el músico del Parque Inmaculada, es un músico profesional que vive a exclusividad de su arte. Eso y nuestra tradición nos hace una Ciudad Creativa.

¡Feliz día de Santa Cecilia, maestros y maestras!