Una motosierra, una pequeña azuela, un serrucho de mano, un cincel y un esmeril son las herramientas con las que Julio Landeo Álvarez convierte trozos de madera de aliso en bellas máscaras que los huacones usarán este uno de enero en Mito, en la fiesta de la huaconada, que regresa luego de dos años de estar suspendida.
Por estos días, ya cerca de la celebración, los encargos que este reconocido artista tallador recibe se han incrementado notablemente y calcula que fabricará por lo menos 80 de estas características máscaras con narices prominentes, “que evocan el pico del cóndor, criatura que representa el espíritu de las montañas sagradas”, según la Unesco.
“A diario puedo tallar hasta tres máscaras”, dice Julio. Pero con los acabados, terminar una máscara le lleva dos días. Su estilo hacer los bigotes, la barba, las pestañas y las cejas en alto relieve, “que se parece a Cristo”, atrae a los cultores de la huaconada.
Julio heredó el arte del tallado en madera de su hermano mayor Andrés, a quien ayudaba a lijar la madera después de asistir al colegio. Aprendió “viendo”, como todo artista popular.
“Hace quince años falleció mi hermano y cuando terminé el colegio ya comencé a dedicarme al cien por ciento a este arte”, dice. Julio acumula 25 reconocimientos, entre ellos del Ministerio de Cultura y de la Unesco, organismo que en el 2010 incorporó a la huaconada como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
Los interesados pueden encontrar a Julio en el Jr. Grau 226, en en el distrito de Mito, provincia de Concepción.