Ha transcurrido más de un año y medio desde que Perú registró el primer caso de covid-19, y desde entonces su propagación fue inevitable y su efecto en la sociedad sacó a relucir el deficiente sistema de salud del país. Concentradas todas las atenciones médicas al tratamiento y prevención del coronavirus, enfermedades como el dengue crecieron y cobraron vidas, especialmente en la selva peruana.
En 2019, el año previo a la pandemia, la cifra de casos de dengue a nivel nacional fue de 15 mil 290. En el 2020, el primero año de la pandemia, los infectados aumentaron abruptamente a casi el triple, alcanzanso 56 mil 394 infectados. En 2021, bajó ligeramente, y hasta la semana 49 se registraron 46 mil 621 infecciones, según el Centro Nacional de Epidemiología y Control de Enfermedades (CDC-Minsa).
En el 2019, el dengue cuasó 37 defunciones. En el 2020, 88 muertes y el 2021 la cifra regresó al año previo a la pandemia, a 37 fallecimientos. Aunque la cifra no es comparada a las que diariamente se registran por la Covid-19, las familias de los pacientes atravesaron una doble pesadilla: el dengue, una infección que no se pudo erradicar y la incertidumbre de perecer a causa de un virus desconocido.
En algunos casos los síntomas fueron confundidos con los del coronavirus, retrasando la atención oportuna de la persona infectada. La enfermera Marianela Allcca Sovero, coordinadora de Enfermedades Metaxénicas de la Dirección Regional de Salud Junín, explica que la sintomatología de la Covid-19 se asemeja mucho a la del dengue. Esta confusión fue más notoria en el primer año de la pandemia, por lo que el personal de salud tuvo que realizar múltiples pruebas rápidas y de laboratorio para determinar con precisión de qué enfermedad se trataba.
Las causas del crecimiento de los casos de dengue fueron atribuidas, posteriormente, a la concentración del gobierno en atender la pandemia, pues ello limitó la vigilancia entomológica del dengue, debido a la falta personal de salud y las restricciones presupuestales.
Estas actividades de vigilancia fueron retomadas parcialmente en setiembre del 2020. La bióloga Liset Morón Asencio, coordinadora del Programa de Control de Vectores de Diresa Junín, explica que el crecimiento de los casos de dengue se debió, precisamente, al debilitamiento de esta vigilancia: las pocas inspecciones domiciliarias que permiten verificar los recipientes de agua con presencia de huevos o larvas del mosquito Aedes aegypti, el vector causangte del dengue. Esta información hubiese permitido tomar decisiones de prevención y control oportunas.
Otro aspecto es que la pandemia causó la dincinuidad de las actividades preventivas, por la imposición de restricciones que impedían el deplazamiento del personal de salud. A esto se sumó el temor de las familias por contraer el virus de la covid-19 y evitaron el ingreso de los especialistas a sus viviendas, o el trabajo de fumigación.
El dengue en Junín
La Diresa Junín registró en el 2020 un total de 4 mil 256 casos de dengue. En el 2021 esta la cifra creció a 5 mil 37, la mayor parte fue reportada en los distritos de Perené (21.7%), Pangoa (15.2%), Chanchamayo (13.7%), Satipo (12.4%) y Pichanaki (10.1%).
Las defunciones en el 2020 llegaron a 5. En el 2021 se incrementaron a 9, princialmente en los distritos de Perené (2), Chanchamayo (2), Pangoa (1), Satipo (1), Pichanaki (1), Mazamari (1) y San Luis de Shuaro (1).
Debido a ese incremento, Junín fue incluido entre las 15 regiones declaradas en emergencia por brote de dengue junto con Piura, San Martín, Loreto, Huánuco, Cajamarca, Cusco, Madre de Dios, Ayacucho, Lima, Amazonas, Pasco, Tumbes e Ica. En ocho de estas regiones, la cantidad de casos había crecido en 42.6% en comparación al año anterior.
En la región, la mayor cantidad de casos de dengue se reportaron en la selva central. “Atribuimos esto a la relación de la zona y sus características, por la temperatura alta, tropical y húmeda” explica la bióloga Liset Morón. Estos factores ambientales favorecen a que el mosquito que transmite el dengue se reproduzca rápidamente.
Síntomas y prevención
El dengue es producido por la picadura del mosquito Aedes aegypti infectado. Es un zancudo que habita en zonas urbanas y que suele poner sus huevos en recipientes de agua estancada o limpia, por lo que se recomienda a las personas, cerrar bien los recipientes que contengan agua y hacer una correcta disposición de contenedores como platos, tazas, tazones donde se empoce el agua.
La enfermera Marianela Allca explica lo explica así. En dengue sin señales de alarma causa dolor de cabeza intenso, dolor muscular, en ojos y miembros superiores y fiebre, pero puede complicarse y convertirse en el siguiente, un dengue con señales de alarma, que presenta dolor abdominal, sangrado, vómito con sangre, desmayos y convulsiones. Este cuadro es muy complicado de tratar, por lo que se recomienda acudir a los centros de salud de forma oportuna y evitar la auto medicación.
Retoman el control
La Diresa Junín ha retomado los trabajos de vigilancia entomiológica, los controles larvarios 6 veces por año, el cerco entomológico, nebulizaciones espaciales o fumigación 3 veces por vivienda, para lo cual contrató 126 inspectores, 17 jefes de brigada, 77 nebulizadores y 77 anotadores, como parte del “Plan de acción – Emergencia Sanitaria por brote y riesgo inminente de brote del dengue”, fundamentado en el Decreto Supremo 029 y el Decreto de Urgencia 098.
Ambas disposiciones legales dicta medidas extraordinarias para reforzar la respuesta sanitaria de prevención y control del dengue y asignaron más de 15 millones de soles a las regiones afectadas, entre ellas Junín (un millón 500 mil soles).
Los especialistas recomiendan a la población debe tener mayor cuidado con los recipientes donde conservan el agua, usar repelente y permitir el ingreso del personal especializado para evitar el contagio del dengue y otras enfermedades letales pero que pueden ser controladas.