El lunes 1 de noviembre, Luis Ángel, de 22 años, desapareció sin dejar rastro. El joven que padece de una enfermedad mental vive con sus padres en su vivienda en el distrito de Pucará, en el sector de Asca. El día de su desaparición, salió a las 6 de la mañana. Desde entonces, no volvió a dar señales. Siete días después de una intensa búsqueda de sus familiares y la policía, el muchacho ha sido hallado con vida.
La policía informó que un niño pastor encontró a un hombre dentro de un pozo pidiendo agua y comida, en Sapallanga, en el barrio de Mariscal Castilla. Al constituirse corroboraron que se trataba de Luis Ángel, reportado como desaparecido el miércoles tres de noviembre, en la comisaría sectorial.
La policía apunta que “alguien lo bajó hasta el fondo del pozo y lo dejó ahí”. Los efectivos encontraron una soga y restos de comida.
Los agentes que llevaban acabo la búsqueda recorrieron campos y cerros. Incluso lo buscaron por las calles de Huancayo.
Cuando la policía lo encontró, el joven no presentaba lesiones externas y podía moverse con libertad.
Un efectivo dijo que “parece que habría estado en otro lugar y recién el sábado lo habrían dejado ahí”. Vestía una ropa diferente a la que desapareció.
La madre de Luis Ángel reveló que, “alguien que no lo quiere ver a mi hijo lo habría hecho eso”. Cuenta que desde hace tres años padece de una enfermedad mental, y que siempre vuelve a casa después de deambular.
“Me abrazó muy fuerte. Me dijo: ‘Mamá, quiero pollo’. Los dos lloramos.”, contó.
El joven fue trasladado a medicina legal del Ministerio Público para evaluar su estado de salud. Sus familiares piden internarlo en un centro psiquiátrico.