Hoy es un día especial para todas y cada una de las mujeres, es una fecha para conmemorar y continuar la acción social de lucha constante contra un sistema político y económico que sustenta las desigualdades y la discriminación estructural que afecta el ejercicio pleno de nuestros derechos.
Las brechas de género existen y las condiciones de vida de hombres y mujeres no son iguales. Hoy conmemoramos a la mujer trabajadora y nuestro quehacer para exigir que sean saneadas las deudas históricas que esta sociedad tiene para reconocer y recompensar todo el esfuerzo que cada mujer ha cultivado para la construcción de esta sociedad.
Este día no es para aplaudir lo valiosas que somos y lo guerreras que podemos ser ante cualquier adversidad mientras enunciamos algunos discursos banales de automotivación que individualiza la problemática y cree que el pobre es pobre porque quiere y que solo en la voluntad de la mujer está el salir adelante. Este día es para seguir en el proceso de concientización y sensibilización sobre los retos que tenemos para procurar una vida en donde las mujeres ocupen los espacios de poder que merecen y gocen de vidas libres de violencia. Es un día para cuestionar y cuestionarnos sobre nuestro actuar y el cómo éste influye en las políticas de la igualdad de género.
De nada sirve cada cálido saludo de este día si no se toma conciencia que el trabajo doméstico sigue sin ser reconocido y valorado, en donde bajo el discurso de actividades de amor y cuidado, acorde al histórico rol que destina a las mujeres a cumplir las labores de cuidado del hogar millones de ellas alrededor del mundo sin remuneración alguna siguen produciendo y trabajando en los hogares, sin ningún tipo de reconocimiento y contraprestación. La gratuidad del trabajo doméstico ha sido una de las formas en como una sociedad capitalista ha sometido a las mujeres y se ha beneficiado de ellas de manera gratuita.
“Este día es para seguir en el proceso de concientización y sensibilización sobre los retos que tenemos para procurar una vida en donde las mujeres ocupen los espacios de poder que merecen y gocen de vidas libres de violencia. Es un día para cuestionar y cuestionarnos sobre nuestro actuar y el cómo éste influye en las políticas de la igualdad de género.
No sirve de mucho los agasajos laborales en el día de la mujer si a su vez no se les reconoce a las trabajadoras un salario equitativo a sus pares hombres, si no se les coloca techos de cristal impidiendo su crecimiento en la organización o si no se les excluye en caso decidan maternar.
No ayuda mucho los reconocimientos y mensajes de la municipalidad si a la par no ha emitido normas justas que mitiguen el acoso sexual callejero, si no participa de las acciones de cuidado de la salud física y mental de las víctimas de violencia, si no respeta a las mujeres que forman parte de los equipos de trabajo sin generar hostigamiento alguno.
De nada sirve que un establecimiento comercial brinde ofertas en consumo cuando a su vez explotan mujeres migrantes bajo condiciones de subempleo o no asegura condicionales laborales dignas mínimas. Nuestra lucha no es insumo para el marketing y demás acciones comerciales que banalizan la fecha y pretenden que con detalles superficiales se “celebre” el ser mujer.
Ninguna relevancia tiene reconocer el día de la mujer en honor a tu madre, hermana, amiga, pareja si a la par no ejerces una labor de introspección cuestionando las veces en las cuales tu forma de ser ha violentado a otras mujeres.
Nuestra lucha no es insumo para el marketing y demás acciones comerciales que banalizan la fecha y pretenden que con detalles superficiales se “celebre” el ser mujer.
No podemos hablar de no ser agresor si consumes los cuerpos de las mujeres con lucro de por medio, entre otros.
Participar de esta fecha implica insistir en el trabajo de permanente deconstrucción, en donde hagas ese ejercicio incómodo de saber cuándo has generado violencia de algún tipo a alguna mujer pero que a partir de ello tomes conciencia.
Asimismo, también implica que nosotras mismas no solo reconozcamos los sucesos que, aunque duela, se identifiquen como violencias de las cuales hemos sido víctimas, sino que también es imperante pensar qué hacemos para que las mujeres de otros espacios sociales distintos a mi círculo cercano ejerzan sus derechos de manera idónea. Repensemos qué hacemos en favor de las mujeres indígenas, con discapacidad, en extrema pobreza y demás.
Hoy es un día de reflexión y asunción de nuevos compromisos si es que queremos en verdad darle valor a lo que esta fecha significa. Hoy 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer trabajadora, día de compromisos firmes para que sigamos luchando contra cualquier amenaza que ponga en riesgo nuestra libertad y dignidad.