La Fiscalía especializada en violencia contra la mujer desarrolla las investigaciones de la muerte de la joven madre hallada encostalada en la zona conocida como la Cueva del Zorro, en Hualhuas, la borde del riachuelo Anya, cerca del río Mantaro, con la hipótesis de que se trata el sexto feminicidio que ocurre en Junín.
La víctima fue identificada como Evelin Caisahuana Guerra, de 19 años de edad, natural de San Jerónimo de Tunán, en Huancayo, y deja una niña de cuatro añitos en la orfandad. La joven trabajaba como cobradora en una empresa de transporte público entre ese distrito y Huancayo.
El cadáver fue hallado por jóvenes que jugaban vóley, cuando la pelota cayó al riachuelo y corrieron a recoger el balón. El cuerpo estaba dentro de cuatro costales: dos le cubrían la cabeza y el tronco, y otros dos las piernas hasta las caderas. Tenía las manos y los pies atados con una soguilla.
De acuerdo con los peritos el cuerpo tendría unas diez horas de fallecida; las manos y los pies habrían sido atados con la víctima ya muerta para acomodarla en los costales, que estaban limpios.
Hace un mes la joven regresó de Lima, pero su madre y su padrastro desconocían que estaba trabajando en Huancayo.
El padre de la mujer, Silver Caisahuana, reconoció el cuerpo de su hija este domingo en la morgue de Hualhuas, y pidió justicia y sanción para los responsables del crimen.