Muy de mañana, “Enrique y el gato sin cola”, abrigados por su papá, el artista Percy Pinto Avila, abordaron en el óvalo de Pucará, el auto del director de la escuela de Suclla, el profesor Lucio Huamán Salvador. Una hora y media después llegamos a lo alto de un cerro, a 3800 metros sobre el nivel del mar, donde viven y estudian 13 niños; cuyos padres mantienen su amor a su tierra, se dedican a la agricultura y se resisten a migrar.
Hoy hubo auto. Otros días, los niños y sus padres caminan cinco horas, por una serpenteante y empinada carretera afirmada.
Aquí arriba, donde silba el viento, Percy Pinto ofrecerá una función de títeres. Si no hay viento, reina el silencio en los hermosos e impresionantes paisajes, que hacen sentir a uno más cerca del cielo.
Fue en la década de 1960 que los comuneros abrieron la carretera rompiendo rocas y piedras en las entrañas del cerro; motivados por la maestra de aquel tiempo María Celia Castro Vásquez. Luego la ampliaron con frecuentes trabajos de mantenimiento. De todas formas, el ascenso es agobiante bajo el intenso sol de mayo.
El profesor Lucio Huamán llegó hace 20 años a trabajar a la escuela 30049, en Suclla. Este jueves está contento porque sus tres niños de primaria disfrutarán por vez primera de una función de títeres. Empezando por el gobierno y los políticos, nadie se acuerda de ellos, dice.
En el pueblo, una antigua construcción de adobe, ya abandonada y cayéndose, es el testimonio del lugar donde los profesores que venían a enseñar se quedaban a vivir y compartían la pobreza extrema de los pobladores y el intenso frío que hace en Suclla. Hoy, una nueva infraestructura de material noble alberga a los niños.
El profesor Lucio les anuncia a tres de sus alumnos que llegan a la escuela, una visita especial que alegrará sus corazones: un show de títeres con el actor Percy Pinto para los seis niños de inicial y tres de primaria.
Felipe, el niño mayor de la escuela, está en sexto grado, se divierte con sus únicos compañeros de clase y juego: Bernarda y Honorato, en la vetusta construcción que alguna vez sirvió de vivienda a los maestros que llegaron aquí por vocación.
Felipe toca una corneta y un tambor, como un soldado raso de Suclla, en los desfiles por Fiestas Patrias en Pucará. Ahora corretea y brinca con su gozo de niño.
– ¿Qué regalo te gustaría recibir? -Le pregunto.
– El amor de una madre -responde.
Su progenitora partió al más allá cuando él apenas tenía dos añitos de edad.
El director de la escuela muestra la única aula implementada con material didáctico y un televisor, y le gustaría más alumnos con quienes compartir conocimientos y a los títeres que hoy espectarán los niños por primera vez.
Cuando el actor Percy Pinto Avila, egresado de la Escuela de Arte Dramático de Lima, quien actuó junto al “Túpac Amaru” Reinaldo Arenas y Martina Portocarrero, escuchó por primera vez la palabra Suclla, se apoderó de él la curiosidad, y cuando le informaron que se trataba de un pueblito muy alejado de Pucará, con no más de 12 niños, su vocación de artista al servicio de los que menos tienen pudo más.
Empieza la función. Felices, nueve niños de inicial y de la escuela, con Felipe a la cabeza, vieron a Percy transformarse en actor y darle vida al muñeco Enrique, quien les relató el cuento del gato sin cola, que inculca la confianza en uno mismo, incluso cuando el gato se queda sin cola. Aun así, el felino salta tan alto como quería. Fue tanta la emoción que Santiago, alumnito de inicial, lloró al ver sin una pierna a Enrique, parte del cuento.
Sonrisas. Aplausos. Juegos. Incluso de una madre de familia, de la directora del jardín, Nanci Ilaquita Condori, y del profesor Lucio con el gato que habla. Percy les daba voz también a una rana y a un perro de felpa.
-¡Percy, hazles hablar!
Pedían los niños. Pero el cuento había acabado.
[Nota: los nombres de los niños han sido cambiados para proteger su identidad]