La extrabajadora de limpieza de la municipalidad de San Jerónimo de Tunán, Rocío Medina Rosales (37), fue asesinada con varias puñaladas por su expareja José Luis Angoma Ocares dentro del taxi con el que trabaja el homicida confeso. Luego arrojó el cadáver en un pozo de agua en Concepción, y huyó.
De acuerdo a la investigación preliminar, el taxista llamó a su expareja Rocío Medina para entregarle la pensión de alimentos por sus cuatro hijos y la recogió de San Jerónimo de Tunán. Enseguida, con engaños la habría llevado al paraje de Piedra Parada, en Concepción, donde luego de una discusión atacó a su víctima con un cuchillo de cocina, hasta causarle la muerte.
José Angoma arrojó el cadáver de su expareja en un pozo de agua ubicado detrás de Piedra Parada y escapó a Huancayo, donde dejó la camioneta Station Wagon blanco de placa D6L- 609.
El vehículo de la empresa Taxi Independiente fue hallado en un pasaje, en El Tambo, cerca a la avenida La Esperanza, al mediodía del martes. Angoma avisó a su hermana, propietaria del vehículo, que asesinó a la madre de sus hijos y que acabaría con su vida. Y huyó.
En el vehículo fueron halladas manchas de sangre y el arma homicida. “El espaldar del asiento del copiloto también estaba roto. Ahí habría sido atacada la mujer”, detalló un agente del Área de Investigación Criminal de Huancayo (Areincri), a cargo de la investigación del caso.
La Policía continúa con la búsqueda del feminicida confeso. Mientras tanto, los restos de la víctima son velados en su vivienda. Sus hijos menores piden justicia por el exacrable hecho.