“Tu sabes, cuando están entre varones hablan groserías, pero desde que estuve con ellos, aprendieron a controlar sus palabras”, comenta la ayacuchana Jacquelin Atequipa Jurado, saxofonista desde hace 10 años que por pandemia llegó a Huancayo en 2021.
Desde entonces, con su talento ha cultivado el respeto entre agrupaciones como Gana Perú, Los Guapos de América (orquestas), Filarmónica Tupac y La Incontrastable (bandas), quienes requieren de su talento “porque trabajo bien”, reconoce.
Pese a que su padre es arpista, estaba en contra de que ella siga el mismo camino. Por eso, viajó en secreto desde su natal Puquio, provincia de Lucanas, hasta Ica, para empezar a estudiar en la Escuela Superior de Música Francisco Pérez Anampa.
“Una mujer no puede hacer lo que un varón hace“, son algunas de las palabras que más recuerda de su progenitor, “por eso tenía miedo de hacer algunas cosas”, confiesa.
La noticia de una joven saxofonista llamada Jacqui, llegó hasta Ayacucho, y cuatro años después de su partida, logró el reconocimiento de su padre. “A él le tomó casi 5 años entender mi decisión, ahora dice que soy su hija, ahora sí existo”, relata con notoria felicidad.
Jackisax, como es conocida entre amigos de la música, supera día a día las miradas y los tratos diferentes que algunos de sus colegas tienen hacia ella por el hecho de ser mujer. “Todavía hay hombres que son machistas, que les da cólera que una mujer toque”, dice.
Quien no discrimina entre varón y mujer es el cansancio, “el trabajo como músico es muy matado, hay lugares donde se amanece tocando”, cuenta ella, quien pese a la adversidad aconseja “no dejen de luchar por lo que aman”.
Jacquelin seguirá luchando con su saxo, como siempre lo ha hecho, por el sueño que revelará sólo cuando ya esté cumplido, así como pasó con su meta de viajar por el país haciendo música.