Los dos nuevos puentes que fueron inaugurados en el sector ‘Los Bosques’ de Azapampa, en Chilca, tienen poco uso. Las estructuras de concreto, que costaron cerca de medio millón de soles, se abrieron en medio de una nutrida ceremonia hace una semana.
Su objetivo, como informó la municipalidad de Chilca es que “permitirá una mejor transitabilidad y el desarrollo del lugar”. El alcalde Carlos De la Cruz precisó que mil vecinos serán los beneficiarios de esta obra. Sin embargo, pocos vehículos transitan por allí.
El primer puente está sobre el canal Cimir, al lado de dos pontones. Es el primer paso en ascenso hacia el barrio ‘Los Bosques’. Ha sido bautizado por las autoridades como el puente ‘Esperanza’.
El segundo está sobre el río Pichcanahuaycco, a unos cien metros del puente ‘La Esperanza’. Este acceso conecta directamente a ‘Los Bosques’ y un enorme lápiz como placa recordatoria anuncia la obra de nueve metros de largo, con barandas metálicas. Lleva el nombre del sentenciado exgobernador de Junín, Vladimir Cerrón Rojas.
El alcalde de Chilca, Carlos De la Cruz, indicó que el puente es en reconocimiento a Vladimir Cerrón como ejecutor de puentes en la región Junín.
Portal Central pudo constatar que este flamante puente está subutilizado. Es martes. 2:00 de la tarde y con cronómetro en mano aguardamos la fluidez de esta obra que costó más de 497 mil soles. En una hora solo transitaron cuatro vehículos, uno de ellos del ingeniero de la obra; dos mototaxis; una motocicleta; un ciclista y un peatón. Diez usuarios.
Algunos vecinos, como la de la fotografía, aún prefieren atravesar por el pontón. Un puquial en la cima del cerro abastece de agua a este barrio. Con mangueras llevan el líquido hasta un tanque. El sistema de alcantarillado parece muy lejano en este sector que acoge a migrantes de Huancavelica y Ayacucho. Desde el nuevo puente se pueden avistar silos con cubierta de calamina que se utilizan en lugar de baños.
Otros sí ven beneficios a esta obra. Bernardo Ñahui (65) asegura que antes no podían ingresar los camiones cargados de materiales de construcción. “Poquito a poquito teníamos que trasladar nuestros ladrillos. Ahora será distinto”, contó. Los puentes concluyeron exactamente en tres meses. Ñahui trabajó en la construcción. “Me han pagado puntual”, dijo.