Con la defenestración de Pedro Castillo de la Presidencia de la República se ha fortalecido con creces un gobierno de derecha neoliberal. El régimen de Dina Boluarte cogobierna en consuno con los partidos conservadores del Congreso, que aprovechando su abrumadora mayoría imponen un Legislativo dictatorial.
A la vez los grupos de poder económico nucleados en la Confiep, la Sociedad Nacional de Industrias, la Sociedad de Minería y Petróleo, Asociación de Exportadores, la Sociedad Nacional de Pesquería y la gran prensa concentrada ya se calmaron y no hacen olas.
Ahora el Congreso y la Contraloría ya no se escandalizan por si tal o cual ministro fue bien nombrado o no. Hoy, los ministros ya no desfilan como antes uno en uno por el Congreso para que informen, ser interpelados y finalmente censurados.
Hoy ese grupo de ultraderecha denominado “La Resistencia”, patrocinado por el fujimorismo y acompañado por personajes como Jorge del Castillo, Lourdes Flores y compañía, ya no sale a las calles a vociferar contra el gobierno y enfrentarse a la Policía. No, por el contrario, ahora organizan “marchas por la paz” e hipócritamente se conduelen por las decenas de muertos y heridos.
“Los antes belicosos congresistas de la derecha, hoy ya vienen pronunciándose que darán el voto de confianza de manera incondicional al Gabinete de Alberto Otárola. Antes amenazaban y decían que primero evaluarían antes de otorgar la confianza”
Los antes belicosos congresistas de la derecha, hoy ya vienen pronunciándose que darán el voto de confianza de manera incondicional al Gabinete de Alberto Otárola. Antes amenazaban y decían que primero evaluarían antes de otorgar la confianza.
Y para redondear el faenón, el Congreso aprobó elecciones adelantadas todavía para abril del 2024, aduciendo que hay necesidad de realizar antes importantes reformas políticas. ¿Conociendo a estos congresistas cree usted amigo lector que realizarán un trabajo con total transparencia?
No señor, van modificar puntos de la Constitución y aprobarán leyes ordinarias en función a sus intereses con cálculo político. Aprobarán todas las leyes que les convengan, pero no aceptarán por nada el referéndum constitucional.
Como ya lo dijo María del Carmen Alva, este Congreso no se irá sin antes aprobar la reelección congresal, que irá acompañado con la creación de la bicameralidad, pese a que éstas ya fueron rechazadas por el pueblo en el referéndum del 2018. Por lo tanto, el 2024 veremos a muchos de estos repudiados parlamentarios, muy orondos, presentándose para diputado o senador.
Mientras tanto, el pueblo, especialmente del sur, ha quedado arrinconado a aceptar le guste o no el cronograma electoral aprobado para abril del 2024. Tantos muertos y heridos para recibir esto.