Escribe: Jorge Ponce C. [Periodista]
Durante la presentación del Consejo de Ministros en el Congreso, donde le fue otorgado el Voto de Confianza, el ministro de Economía, Pedro Francke, subrayó que con el Presupuesto 2022 se buscará culminar una gran cantidad de proyectos de infraestructura inconclusos a lo largo y ancho del país. El titular del MEF fue enfático y lo repitió más de una vez: “que antes de iniciar nuevos proyectos priorizaremos los que faltan concluirse”.
Esto fue ratificado por el presidente Pedro Castillo en su mensaje a la Nación del último lunes cuando indicó que “esta semana se iniciará un paquete de inversión pública para reactivar proyectos en proceso de ejecución hasta por 1,000 millones de soles…”
En la región Junín, como todos sabemos, existen muchos proyectos en los sectores salud, educación, vialidad, saneamiento, etc. sin culminarse y ubicadas en todas las provincias. La mayoría de proyectos inconclusos vienen desde el primer gobierno regional de Perú Libre (Vladimir Cerrón) y pasando por el de Junín Sostenible (Ángel Unchupaico).
Citemos algunos de ellos: Hospital El Carmen, carreteras Huancayo – Chongos Alto y JU 103 Jauja – Tarma, hospitales de Satipo, Pangoa y Chupaca, colegio Mariscal Castilla, los accesos del puente Comuneros, entre otros.
Las obras inconclusas responden a varias razones, pero principalmente quedaron frustrados antes que por razones técnicas o presupuestales, porque esconden actos de corrupción.
De allí que un gran porcentaje de dichos proyectos se encuentran en lo que llaman judicializados y arbitrajes, y esto sí que es un grave problema puesto que impiden sus reinicios, mientras la justicia no resuelva las controversias. Y como todos conocemos, temas que ingresan al Poder Judicial son destinadas a las “calendas griegas”, pues resultan de nunca acabar, porque también la corrupción se traslada al seno de las instancias judiciales donde los procesos son entrampados por leguleyadas.
La responsabilidad de los daños que hacen al pueblo juninense recae no solo en las autoridades sino también en aquellas empresas tramposas. En ciertos casos la frustración de las obras son provocadas por una de las partes y en otros por componendas subrepticias de ambas partes.
Sería importante que las autoridades del GRJ informen cuáles son esos proyectos inconclusos y las correspondientes causas, especialmente las de mayor envergadura. Y no solo eso. Comuniquen también cuáles son las reales posibilidades de que puedan acabarse el 2022.
No nos olvidemos que el periodo de los gobiernos regionales y de las municipalidades fenecerá en diciembre del 2022, y no sería atinado que se inicien nuevos proyectos cuando no han podido siquiera con las que comenzaron años atrás.
Gran reto para la gestión de Fernando Orihuela sacar adelante las obras inconclusas en el tiempo que le queda, así como a los alcaldes provinciales y distritales. El tiempo dirá si terminarán sus gestiones con una mínima decencia de gestión o por las “patas de los caballos”.
Y para finalizar, qué será de la vida de los congresistas por Junín. “No se oye padre”.
