Piura inundada: lluvias que despiertan enfermedades y exponen una ciudad sin plan

Piura inundada: lluvias que despiertan enfermedades y exponen una ciudad sin plan
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Por: Wilmer Fernández, director de Cutivalú

Hace una semana la ciudad de Piura amaneció inundada por, más que intensa, una persistente lluvia de 10 horas. No fue una lluvia que debiera preocupar a la población si la ciudad, en términos arquitectónicos, estuviera diseñada y construida adecuadamente, es decir, con drenajes y otros canales que conduzcan el agua al río y con viviendas construidas fuera de zonas inundables. No fue así. La lluvia afectó a viviendas, colegios y comercios en áreas como Castilla, Veintiséis de Octubre y el centro de Piura.

Los Sistemas Alternativos de Recolección y Evacuación de Aguas de Lluvia (SARE) no funcionaron. El día miércoles, además de tener abundante agua empozada en varias calles de la ciudad, lo cual generó incomodidad a transeúntes y transportistas, esta lluviecita activó enfermedades infecciosas como dengue, leptospirosis, enfermedades diarreicas agudas e infecciones respiratorias agudas, producidas por el agua empozada por varias horas y por el lodo que se seca en las calles.

La ciudad de Piura volvió a mostrarnos que es bastante vulnerable a los fenómenos climáticos como las lluvias. En general, la región Piura es vulnerable frente a los fenómenos climáticos: lluvias, sequías, maremotos, oleajes, olas de calor y olas de frío, terremotos. Todos estos fenómenos impactan negativamente en la población. Para el caso de las lluvias, es patente que no solo las calles están diseñadas de manera poco adecuada para recibir lluvias relativamente intensas, sino que muchas de las viviendas de la población están ubicadas en zonas de riesgo y arquitectónicamente diseñadas inadecuadamente.

Y la ciudad sigue creciendo sin mayor planificación que tome en cuenta las condiciones climáticas, a pesar de que contamos con varias universidades que forman ingenieros civiles y arquitectos en el territorio. Deberíamos conocer el territorio y el clima de la región mejor que nadie. Los pueblos y culturas que conocen su territorio y clima saben responder mejor a los riesgos que traen los fenómenos climáticos. Pero alguien puede decir por ahí que estamos frente al cambio climático. ¡Mejor! Eso es un buen pretexto para preocuparse e investigar, de modo que la ciudad se diseñe y se planifique de tal manera que se mitigue el impacto de los fenómenos climáticos.

No deberíamos tener calles, parques y viviendas que se convierten en pozas de agua, sino calles con drenajes y canales de salida del agua al río, viviendas ubicadas fuera de zonas de riesgo y construidas adecuadamente para la lluvia y las olas de calor. Parques y calles arborizadas. No deberíamos tener calles cuyo asfalto dura hasta la próxima lluvia, como si el material hubiera sido pegado con baba.

Después de las lluvias de la semana pasada, las calles reparadas después de las lluvias del paso, en 2023, del ciclón Yaku, hoy están llenas de huecos, para vergüenza de los ingenieros que diseñan y ejecutan los proyectos y de las autoridades que hacen las inversiones públicas. Se trata de una responsabilidad compartida por las autoridades y los y las profesionales que diseñan la arquitectura de la ciudad.

Por lo tanto, las autoridades, los y las profesionales y las universidades deben asumir esa responsabilidad y tener una mirada del desarrollo de las ciudades y obras de infraestructura más allá de los cuatro años que les dura el poder. La ciudadanía debe empezar a tomar conciencia de la importancia de planificar mejor donde vivirá. Debemos salir del letargo que genera el “no va a pasar”. Las lluvias y las sequías siempre llegarán a Piura. No podemos cambiar eso.

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