La Fiscalía ha confirmado que el taxista que atropelló y mató a un padre de familia en el distrito de El Tambo se encontraba en estado de ebriedad. El examen toxicológico practicado a Marlon Daniel Álvarez Villena (32) arrojó 0.69 gramos de alcohol por litro de sangre, un nivel que excede el límite legal y agrava su responsabilidad penal.
El trágico hecho ocurrió la mañana del domingo 4 de abril, en la calle Gabriela Mistral, frente a la puerta del Emergencia de EsSalud, cuando Rolando Quispe Condezo (53), docente universitario y padre de familia, se alistaba para viajar a Lima junto a su esposa Madeleine Mery Arcos Gálvez (51) y sus hijas Dania (11) y Kiara (7). Mientras cargaban el equipaje en la maletera de su auto —un Chevrolet Cruze rojo de placa C7E-434— fueron embestidos por el taxi que venía a alta velocidad.
Rolando Quispe murió al instante al golpearse la cabeza contra el filo de la vereda. Su esposa e hijas resultaron heridas. “Mi hija voló varios metros por el impacto, está delicada”, declaró una familiar.
Testigos indicaron que el vehículo —un Toyota Yaris gris de placa DAE-230, de la empresa Taxistas Organizados— avanzó unos cinco metros tras el atropello, hasta ser detenido por vecinos. Dentro del auto se halló una botella de aguardiente o caña, lo que contradice la versión inicial del conductor, quien alegó haber bebido solo “una latita de cerveza”.
De acuerdo con el portal del MTC, Álvarez Villena tenía una papeleta por no respetar señales de tránsito, impuesta apenas dos días antes del accidente. Además, había trabajado ininterrumpidamente desde la tarde del sábado.
El fiscal Manuel Bastos Cumpa, de la Quinta Fiscalía Penal Corporativa de Huancayo, informó a Huanca York Times que el caso será tipificado como homicidio con dolo eventual, debido a la gravedad de la negligencia y al estado de ebriedad del conductor.
El vehículo siniestrado pertenece a Juan Pablo Macha Cotera y contaba con seguro Afocatu. Sin embargo, clínicas y funerarias han denunciado que este tipo de cobertura no garantiza una atención efectiva a las víctimas, lo que vuelve a poner en debate su validez real.
