Ana María Falconí: “Al estar alejada de mi país me he convertido en una poeta insular”

Una entrevista con Ana María Falconí, poeta peruana que reside en Chile desde hace más de una década y ahora alista una primera antología de su obra.
Ana María Falconí en su reciente visita a Lima.
Miguel Ildefonso
Miguel Ildefonso
Poeta y crítico literario.
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“Los poemas del libro Desvelo blanco, de Ana María Falconí, tienen la cualidad trémula del claroscuro; el claroscuro de lo que puede y no puede decirse, de lo que es y no es. Esta cualidad impregna todos los escenarios y situaciones, de modo que avanzamos junto con la voz poética sobre una parpadeante línea de frontera en la que hay casas que son borradas por la neblina”. Esto decía la poeta Rossella Di Paolo en el año 2010, cuando apareció uno de los libros más cruciales de nuestra querida amiga Ana María Falconí que ahora está en Lima preparando la edición de su primera antología poética personal. Aprovechando este reencuentro, le hicimos unas preguntas, cuyas gentiles respuestas nos revelan algo más de esos claroscuros de su poesía, de aquel solitario oficio de la palabra. Al final, un poema del libro Ejercicio respiratorio.

¿Cómo es el volver a Perú cada cierto tiempo, Ana María? ¿Llevas cuántos años radicando fuera del país?

Volver a mi patria es volver al origen. Es vestirme con mis ropas viejas, es fundirme con los paisajes cargados de las vivencias que forman mis libros. Es algo vital para mi existencia. Radico en Chile desde el 2011. Vivo en un lugar alejado del “mundanal ruido”. Vivo tranquila pero con saudades.

Sótanos pájaros (2006), Desvelo blanco (2010), Sobrevivir es un acto de invierno (2015), Ejercicio respiratorio (2019) y Pedazo de casa (2022). ¿Cómo ves tus libros desde el presente? El trabajo de escritura, la edición del libro.

A veces cuando repaso mis libros siento que no sé quién los ha escrito. A veces me sorprende su evolución. Mi poesía a través de los años se ha encaminado hacia la realización de un viaje que me ha permitido entender mejor cómo nuestra experiencia, nuestra escritura y nuestro lugar en el mundo se configuran en un poema.

¿Cuál libro consideras en donde has volcado más todo ello?

 Te podría decir que me he volcado íntegra con alma y corazón en todos ellos. Pero tal vez le tengo más cariño a Desvelo blanco, que es el poemario que me llevó a una escritura más abierta. Por, otro lado, Ejercicio respiratorio en donde, como un ejercicio, abarqué toda mi historia.

La antología personal que estás trabajando ahora, tu primera antología, ¿con qué criterios estás seleccionando los poemas?

 La selección de los poemas para esta antología responde a un proceso de evolución que se extiende desde Sótanos pájaros hasta Pedazo de casa. Desde el comienzo de mi carrera poética, he estado interesada en explorar esas zonas sombrías de la existencia, esos “sótanos” llenos de misterio y complejidad que, a menudo, son reflejo de nuestras emociones más profundas. En Sótanos pájaros esos espacios oscuros se encuentran con el dinamismo y la luz. Esta dualidad se convirtió en uno de los pilares de mi escritura, y así también es en esta antología donde la luz y la sombra se entrelazan, creando una atmósfera poética cargada de significados. La selección refleja mi evolución hacia una comprensión más compleja de lo que significa habitar esos “espacios” interiores. Cada poema incluido en esta antología busca captar el proceso de transformación que he experimentado como poeta.

­Hace años, en una entrevista de Gabriel Ruiz Ortega, decías que no eras tan “rara avis” o una poeta muy insular. En esta era de las redes sociales, ¿qué tan conectada estás con los colectivos poéticos o con los circuitos culturales?

 La acepción “rara avis” se utiliza para describir a una persona o cosa excepcional o poco común. Supongo que al estar alejada de mi país y, por lo tanto, alejada de los colectivos poéticos actuales, me he convertido en una poeta insular. Y como le dije a Gabriel en esa oportunidad, como acérrima coleccionista de plumas, loca amante de los pájaros, qué mejor relacionarme de alguna manera con las aves.

¿Y qué vendrá luego de esta antología? ¿Estás escribiendo nuevos poemas?

Alguien me dijo que ya no escriba sobre pájaros. Pero el tema de la libertad, y de las alas, me jala inexorablemente. No sé qué vendrá, ese algo se está formando en mi cabeza.

 

(las aves de lima)

esas aves que respiran desde la negrura o

desde la ventana de donde cuelgo hacia el sur

adonde no hay arribo

 

no están las voces apuradas de los terminales

ni el humo del tren en el cabello

 

en un acto de rendición de la rutina

dejo mis ropas en la silla y veo

mi reflejo en el vidrio de la ventana

¿acaso algo podrá anunciar una partida

o un arribo inesperado?

 

un grupo de aves se arremolina

oscureciendo el cielo

esos son los gallinazos, dijiste

 

los he visto esta tarde en el jardín

parece que me quieren decir algo

o siempre lo han hecho

 

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