Rescatistas, avioneros y soldados trabajan sin descanso para encontrar a los tres desaparecidos tras el alud que se desprendió del cerro y arrasó con todo a su paso en el anexo de Chiriaco, en el sector de Quimiri Sur, distrito de San Ramón, Chanchamayo.
Cada esfuerzo de los rescatistas y pobladores que colaboran con palas y picos está lleno de esperanza por hallar los cuerpos. En señal de respeto a las víctimas, el alcalde Hermenegildo Navarro decretó duelo oficial de dos días. En la búsqueda utilizan drones para ubicar la maquinaria desaparecida y a las tres personas sepultadas por la tierra.
El peligro persiste: el alud bloqueó el cauce del río Chiriaco, y el temor a un nuevo desastre mantiene en alerta a la población. El agua terminó por embalsamarse. A pesar del miedo, la comunidad se aferra a la esperanza. Entre el lodo y la incertidumbre, la solidaridad sigue en pie.
Líder entre las víctimas
Las víctimas han sido identificadas como Irlen Tello Arache (40), operador del cargador frontal que realizaba los trabajos de limpieza de la trocha; Juan Rodríguez Torres (50), presidente multisectorial de la carretera San Ramón, que había gestionado la maquinaria; y Edilberto Damacio Aylas (42), agricultor que trabajaba sus tierras cerca del lugar del accidente.
Familiares y testigos lamentaron la muerte de Juan Rodríguez, un reconocido líder comunal que trabajó incansablemente por su comunidad. Rodríguez supervisaba las labores de limpieza cuando el derrumbe los sorprendió.
El Gobierno Regional de Junín y las municipalidades de Chanchamayo y San Ramón han dispuesto de maquinaria para la búsqueda de las víctimas y el suministro de alimentos para los rescatistas. Asimismo, la Fuerza Aérea del Perú desplegó personal especializado en búsqueda y rescate, mientras que el Ejército Peruano envió 40 efectivos capacitados para apoyar las labores en la zona del desastre.
Acciones de prevención sin resultados
El jefe de la Oficina de Defensa Civil de Junín, José Vásquez, informó que desde el año pasado se han ejecutado trabajos de encauzamiento y descolmatación de ríos. También destacó la entrega de ayuda humanitaria a zonas afectadas en Mazamari, Pichanaqui, Perené y otros distritos declarados en emergencia por las intensas lluvias y derrumbes.
Sin embargo, estas acciones no han logrado mitigar la crisis. Las inundaciones afectan comunidades nativas en Río Tambo y Ene, mientras que los constantes derrumbes han interrumpido el tránsito en carreteras de Oxapampa, Satipo, Tarma y Puerto Ocopa, dejando aislada a gran parte de la selva central.