En la provincia de Sandia, el distrito de Alto Inambari vive una situación crítica que afecta a unas 15,000 familias, quienes se encuentran completamente aisladas ante el bloqueo de la única vía de acceso a Tambopata e Inambari. La carencia de infraestructura vial y la falta de energía eléctrica han encarecido el costo de vida y desencadenado una severa escasez de alimentos, situación que preocupa a líderes y habitantes por igual.
Impacto Regional y Escasez de Recursos
Cuatro distritos de la región —Inambari, Yanahuaya, San Juan del Oro y Putina Punco— han quedado incomunicados, imposibilitando el ingreso de camiones que transporten productos esenciales. La consecuencia directa es un desabastecimiento que afecta de manera inmediata a los hogares locales. Isaac Benito, representante de la zona, subrayó:
“La falta de comida se ha convertido en el principal problema para las familias de la zona.”
Además de la escasez alimentaria, el aislamiento ha empeorado la situación económica de los residentes, generando un clima de incertidumbre y desesperación ante la ausencia de soluciones inmediatas.
Falta de Respuesta Gubernamental y Alternativas Inviables
A pesar de los anuncios emitidos por el gobierno regional, los pobladores aseguran no haber recibido ningún tipo de ayuda. Las promesas de asistencia se han quedado en palabras, ya que no se ha observado la presencia de maquinaria o recursos para habilitar rutas alternas, como la carretera de Sina y Yanahuaya, que actualmente enfrenta derrumbes significativos.
La situación se agrava en San Juan del Oro, donde el desborde del río Challohuma ha provocado la pérdida de viviendas, incrementando el clamor por una respuesta eficaz por parte de las autoridades. “Entendemos la burocracia estatal, pero la falta de acción es desesperante. Mientras las autoridades parecen desentenderse, los habitantes de Inambari claman por atención y ayuda,” afirmó Benito, denunciando la inacción y la carencia de apoyo humanitario.
Urgencia de una Intervención Integral
El llamado de auxilio de la comunidad de Alto Inambari es un reflejo del profundo desamparo que viven los sectores más vulnerables de la región. Los residentes requieren, de manera urgente, kits de alimentos y asistencia para restablecer las rutas de comunicación que permitan la llegada de suministros básicos. La crisis, agravada por el aislamiento y la pérdida de viviendas, demanda una intervención inmediata y coordinada de las autoridades para mitigar el impacto en la vida diaria de miles de familias.
Este escenario pone de relieve la necesidad de implementar estrategias integrales y sostenibles en infraestructura y servicios básicos, para garantizar no solo la conectividad, sino también la seguridad y el bienestar de una población que lucha por sobrevivir en condiciones cada vez más adversas.
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