La Capilla de La Merced es uno de los espacios más emblemáticos de Huancayo, ya que en ella se formuló y proclamó la Constitución de 1839, conocida como la “Constitución de Huancayo”. En reconocimiento a este hecho histórico, así como a sus valores arquitectónicos y culturales, fue declarada “Monumento de la Nación” hace 90 años, convirtiéndose en el primer bien patrimonial del país en recibir esta distinción por parte del Estado peruano.
La Capilla Nuestra Señora de la Merced, construida a inicios del siglo XIX en la calle Real de Huancayo, adquirió gran importancia dentro de la comunidad al convertirse en el templo principal de la ciudad. Esto ocurrió luego de que la Iglesia de la Santísima Trinidad, antiguo templo mayor de Huancayo, quedara inutilizada debido a su antigüedad. Este templo se encontraba en la Plaza Huamanmarca, en el terreno donde hoy se ubica el Hotel de Turistas de Huancayo.
La capilla de La Merced posee valores culturales y arquitectónicos que la singularizan. Fue construida al estilo barroco tardío con elementos neoclásicos. Posee una sola nave en la que se disponen cuatro altares laterales y un altar central. Tiene una torre campanario, un coro y un sotocoro que han sido intervenidos en distintos momentos, principalmente tras el terremoto de 1940. Su fachada posee dos ventanales a los costados de la puerta principal y unas columnas con bandas decorativas. En la parte central de ese conjunto se puede distinguir la insignia de los mercedarios. La Capilla alojó además los cuadros, objetos ornamentales, eclesiásticos y archivos de la extinta iglesia Santísima Trinidad, algunos de estos tesoros fueron resguardados posteriormente en la Catedral de Huancayo tras su culminación.

Sin embargo, el evento histórico que la distingue y que fundamenta su reconocimiento como el primer monumento del país, es la formulación y promulgación de la Constitución de 1839. Para la instalación del Congreso Constituyente en Huancayo, el país atravesaba la crisis provocada por el colapso de la Confederación Perú-Boliviana, que derivó en la ocupación de Lima por tropas chilenas. En este contexto, el Estado de Restauración Nacional, liderado por Agustín Gamarra, convocó en agosto de 1839 a un Congreso en Huancayo, utilizando la capilla de La Merced como sede provisional del Gobierno y recinto legislativo. Entre los 58 constituyentes que participaron destacaron Manuel Bartolomé Ferreyros, Bernardo Soffia y Agustín Guillermo Charún, entre otros. Esta fue la única Constitución en la historia del Perú formulada fuera de Lima, salvo aquellas promulgadas por la Confederación Perú-Boliviana. La Constitución de Huancayo se promulgó el 10 de noviembre de 1839 y a pesar de su carácter conservador, fue renovada en 1855.
Por ello, el 14 de marzo de 1935, hace 90 años, el gobierno de Oscar Benavides, promulga la Ley N° 8054 “Declarando monumento nacional la Capilla de la Merced, de Huancayo y destinando fondos para su restauración”. Dicha Ley contiene dos artículos: el primero declara a la Capilla como Monumento de la Nación, y el segundo otorga “la suma que sea necesaria” para su restauración.
El reconocimiento como primer bien en ser declarado monumento del país es un hecho relevante que refleja la importancia de la Capilla de la Merced para la historia nacional, pero también funda una política cultural de reconocimiento y puesta en valor por parte del Estado que pone atención en los bienes que marcan la personalidad e identidad de nuestras ciudades. Además simbólicamente se reconoce a aquellos bienes culturales que marcan el derrotero de la historia nacional.
Pese a ello, Huancayo aún no es plenamente consciente del potencial que su patrimonio cultural puede ofrecer. La Capilla de la Merced, a pesar de su valor histórico y cultural, está ausente de los recorridos turísticos y educativos que podrían enriquecer la experiencia de visitantes en nuestra ciudad y fortalecer el sentido de pertenencia de nuestros estudiantes. La Capilla Nuestra Señora de la Merced y los hechos históricos que en ella ocurrieron están incluso fuera de la programación educativa regional. Esto último dialoga perfectamente con episodios de maltrato a la Catedral de Huancayo o a la Casa Parra del Riego, lo que evidencia la necesidad urgente de políticas patrimoniales regionales y locales, porque las nacionales no son suficientes para poner al patrimonio en el centro del escrutinio público. Estas políticas son probablemente letra muerta como algunas de nuestras Constituciones.
Sin embargo, hoy 14 de marzo, es un día para visitarla, conocerla, y reflexionar sobre la importancia del Patrimonio Cultural en nuestra ciudad y los 90 años de una política nacional de reconocimiento y protección que nace en nuestra ciudad.