En la comunidad asháninka de Yoyato, ubicada en el distrito de Río Tambo, en Satipo, un grupo de docentes recién graduados de la universidad, liderados por Neurón López Ríos, emprendieron con una iniciativa de crear una academia vacacional para mejorar el nivel académico de los niños, niñas y adolescentes de las comunidades de la cuenca del río Ene.
La academia se llama Iyojananeki [“aprendizaje”, en castellano], y comenzó a funcionar en las aulas prestadas de la escuela de Yoyato, con sus primeros 11 estudiantes: niños de inicial, primaria y secundaria, quienes deben prepararse para el próximo periodo escolar que comienza en marzo.
Neurón, nacido en la comunidad de Yoyato, estudió educación intercultural bilingüe (EIB) en la Universidad Católica Sedes Sapentiae, en su filial de Atalaya (Ucayali), gracias a una beca que el Vicariato de San Ramón le entregó y ayudó a financiar los costos de su formación profesional.
Por eso es consciente de la importancia de la educación para el desarrollo y quiere que los niños y adolescentes de las comunidades indígenas no se queden atrás, en desventaja con sus pares de las ciudades. “Los niños de nuestras comunidades no pueden quedarse atrás en su nivel académico”, dice.
Por eso convocó a sus colegas, también jóvenes profesionales, para su iniciativa de la academia. Respondieron a su llamado cuatro docentes: Ruth Velásquez López (22), Nelvio López Ríos (25), Ernesto Gálvez Camacho (23) y Eder Chari Piori (25).
Llamado a la acción
Pero hay un pequeño problema: necesitan materiales pedagógicos para las clases y recursos económicos para sostenerse, puesto que varios de los jóvenes profesionales proceden de otras comunidades.
Necesitan colores, plumones, cuadernos, libros, juegos de ajedrez, papelotes y materiales didácticos para niños de inicial. Las personas de buen corazón pueden contactarse con Abelina Ampinti, al número 983 679 751, en Satipo para entregar sus aportes.
También se pueden hacer aportes económicos al yape 916 999 186, de Neurón López.
“Queremos que los niños de Yoyato y las comunidades del Ene tengan oportunidades para soñar con ser ingenieros, médicos, abogados o líderes que trabajen por su sueño”, dice el joven docente.