El clamor por justicia y el abandono estatal en Ayacucho quedaron evidenciados en recientes declaraciones de Yobana Mendoza Huaranca, presidenta de la Asociación de Familiares de los Asesinados del 15 de diciembre de 2022, y de la historiadora Natalia Sobrevilla, experta en la independencia peruana. Ambas cuestionaron la desidia del gobierno frente a las regiones y repudiaron los comentarios del Ministro de Educación, Morgan Quero, quien comparó a las víctimas de las masacres con ratas.
Mendoza expresó su rechazo categórico hacia Quero y exigió su renuncia inmediata. “Nuestros familiares no son ratas. Eran empresarios, médicos, universitarios, agricultores, personas de bien”, afirmó. También pidió disculpas públicas del ministro, a quien calificó de “sinvergüenza”.
Denunció que, a pesar de contar con pruebas contundentes, dos años después de los asesinatos no se ha avanzado en las investigaciones. “Justicia que tarda no es justicia”, insistió. Mendoza convocó a actividades conmemorativas en Ayacucho, incluyendo una misa, una romería y un foro con abogados.
Bicentenario deslucido y crisis nacional
Sobrevilla calificó de deslucidos los actos por el Bicentenario de la Batalla de Ayacucho y criticó la ausencia de obras significativas. “Ni siquiera la presidenta Dina Boluarte estuvo presente en las actividades más importantes”, señaló. Comparó este abandono con el Centenario, cuando sí se realizaron obras como la carretera Ayacucho-Huancayo.
La historiadora denunció un desprecio sistemático hacia las regiones por parte del Ejecutivo y el Legislativo. Criticó el desvío de fondos destinados a educación hacia gastos corrientes del Congreso, señalando que “no es falta de recursos, sino de voluntad política”. También alertó sobre el impacto electoral de este abandono, que podría reflejarse en las elecciones de 2026.
Indignación por polémicas declaraciones de Morgan Quero
Sobrevilla calificó de “absolutamente inaceptables” las declaraciones de Quero y exigió su renuncia. “Es inaceptable que un representante del Estado se refiera así a ciudadanos asesinados”, declaró. Subrayó que estas declaraciones reflejan la debilidad del gobierno y su desconexión con las demandas sociales.
Ambas líderes coincidieron en que fechas como el Bicentenario deben ser momentos de reflexión y acción. Sobrevilla recordó que, en 1824, el Perú enfrentaba un panorama de caos similar al actual. “Los cambios no ocurren solos, requieren intervención activa”, concluyó. Además, mencionó que en 2026 se cumplirán 250 años de la Revolución de Túpac Amaru, una oportunidad para exigir cambios desde las comunidades originarias.