El debate sobre qué hacer con el zoológico de Huancayo se ha encendido en los últimos días, tras las declaraciones del gerente municipal, Cristhian Velita, de que este establecimiento debería cerrarse porque no reúne las condiciones para que los animales tengan una buena calidad de atención y vida.
“Comparto la idea de que el zoológico debería cerrar porque ya en el tiempo que ha ocurrido de la creación de los zoológicos, donde se exhiben los animales, ya han pasado muchos años y deberían retornar a su hábitat natural en los lugares (de refugio) para que tengan un tratamiento adecuado, y con los pocos que quedan debería hacerse un plan de acción de cierre”, dijo Velita en la sesión del Consejo Municipal del jueves pasado.
Alegó, luego, limitaciones presupuestales para atender de manera adecuada a los más de cien especímenes albergados en el zoológico de Huancayo y consideró que el espacio ocupado por el actual establecimiento es pequeño. “No tiene las condiciones ese zoológico; tendríamos que tener un área de 10, 15 hectáreas para poderlos acoger, como el Parque de Las Leyendas”, agregó el funcionario.
“Gradualmente los animales que están en el zoológico de Huancayo deben retornar a albergues, refugios donde sea su hábitat natural, toda vez que son animales que han sido recuperados de traficantes”
Velita reconoció que la mayoría de los animales silvestres que viven en el zoológico fueron recuperados de traficantes de fauna, chamanes, circos o de personas que los usan como sus mascotas, entregados por el Serfor para que reciban un adecuado cuidado por la municipalidad.
Pero, acepta el gerente, “este zoológico que tenemos en el Cerrito de La Libertad, prácticamente sus ambientes son antiguos; ya han colapsado; debe verse otras alternativas en el cual dejen de ser cárceles de animales, si no, de servir de refugios”, dijo.
Esta idea del cierre del zoológico de Huancayo, argumenta Velita, es porque el Cerrito de la Libertad, donde está ubicado, es parte de la urbe de la ciudad y necesita un tratamiento integral, manteniendo el concepto de espacio público y turístico.
La raíz del problema es el tráfico de los especímenes
“Hay que evaluar la raíz del problema. Y es que llegan los animalitos a Huancayo traído por personas”, dice por su parte el ingeniero Rody Aylas Zenteno, responsable de la sede Concepción del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor).
Aylas explica que a su institución le corresponde disponer de los animales silvestres rescatados del tráfico. La norma prioriza que tras la evaluación de un médico veterinario, los especímenes sean llevados a un centro de rescate, pero como no hay uno en la región Junín, “seguimos con la siguiente línea, los zoológicos, y les toca brindar ese soporte”.
En Huancayo no existe otro ambiente que el zoológico del Cerrito de la Libertad, con los ambientes para los especímenes de fauna silvestre. “Por más que haya quejas, es un ambiente que por lo menos tienen ambientes para una cuarentena, con un presupuesto para mantener a los animales, no existe otra entidad que nos pueda dar esa facilidad”, señala Aylas.
“(El zoológico) es un mal necesario con el que contamos, porque en Junín no existe un centro de rescate para especímenes silvestres”
“Yo le explicaría que [el zoológico] es un mal necesario; que si no lo tuviéramos, tendríamos [a los animales] en las instalaciones de una oficina y eso es imposible”, subraya el funcionario de Serfor. En el 2023, Serfor rescató alrededor de cien especímenes.
Enseguida, el ingeniero Aylas adelanta que en octubre arribará a Huancayo una comisión a evaluar la salud de los animales del zoológico, pues existe un grupo de primeros 26 animalitos para que sean transferidos a centros de rescate, ubicados en otras partes del país, especialmente en climas tropicales.
“Seamos sinceros, en Huancayo el clima no está bien para los animalitos silvestres como tortugas, monos y boas”.