El ingeniero Adolfo Óscar Díaz Illesca (69) es un metalurgista apasionado de la Paleontología, la ciencia que estudia e interpreta los fósiles para conocer el pasado de la vida sobre la Tierra.
“Desde niño soy un apasionado”, dice Adolfo, mientras le pide a Daniel, el joven que se ha convertido en su brazo derecho en sus excavaciones para recuperar huesos fosilizados de un elefante prehistórico en Chambará, que le ayude a retirar la protección de calaminas que cubren los restos milenarios de su más reciente descubrimiento en esta comunidad de la provincia de Concepción.
La excavación está en el paraje Candaduyoc, a escasos doscientos metros de la plaza de Chambará, en el cauce de un riachuelo que bordea el pueblo: una pelvis, dos fémures, una tibia, huesos de la pata delantera como una ulna y una fíbula, y una pelvis están a la vista del visitante.
Son vestigios de animales prehistóricos que poblaron esta parte del valle del Mantaro. “Comúnmente le dicen mastodonte andino, pero son de la familia Gomphotherium, distinto al que encontrarnos en Iscos (Chupaca); la diferencia está en el colmillo, el cráneo y los molares”, explica Adolfo.
Adolfo es también el descubridor de fósiles de un Stegomastodon, que se exhiben en un museo dispuesto en uno de los ambientes de la municipalidad de San Juan de Iscos, en Chupaca: “su colmillo era recto y su cráneo más abultado, esa es la diferencia de los dos”, apunta. En ese distrito, Adolfo comenzó su trabajo de recuperar fósiles en 2008. Halló también parte de un perezoso. En 2013, un colmillo que medía un metro con 98 centímetros. En 2014, parte de un fémur. En 2015, parte de una mandíbula.
Pero, agrega el experto, “no podemos decir su antigüedad porque tendrían que hacerle un análisis de carbono 14; sin embargo, la Paleontología los considera animales prehistóricos a partir de 10 mil años para atrás, así que pueden tener 10 mil, 20 mil o 30 mil años, no sabemos”.
¿Cómo Adolfo descubrió los fósiles de Chambará? En el 2018 él trabajaba en el museo de San Juan de Iscos y un policía de Chambará, Daf Díaz, le lleva la muestra de una costilla, estaba rota, y le pregunta si es un fósil. “Le dije, sí”, recuerda Adolfo.
El descubridor le pidió al policía que le lleve al lugar del hallazgo. Fue el 27 de diciembre de 2018 que llegó por primera vez al paraje Candaduyoc, pero no tenía certeza a qué tipo de animal correspondería el fósil y como ya se terminaba el periodo de gestión del alcalde Abilio Chucos, esperó a que asuma el actual burgomaestre, Hilarión Raúl Rivera Lazo.
Así, el 4 de enero de 2019 regresó al lugar con el nuevo alcalde, buscando su respaldo para iniciar las excavaciones. En tanto, envió una foto del hallazgo del policía a un paleontólogo del Ministerio de Cultura, quien le sugirió que se trataría del colmillo de un elefante prehistórico.
Tres días después, el 7 de enero, Adolfo comenzó a excavar y halló una rótula fosilizada. “Entonces, supe que era de un elefante, ahí se descubre ya qué animal era”. Con esta evidencia, viajó a Lima a pedirle al paleontólogo que lo ayude con la excavación. Cuando regresó, el policía con sus hermanos habían comenzado la tarea de retirar la tierra de los vestigios y entonces hallaron dos molares, alguna vértebra, costillas, un fémur, una escápula. No los retiraron, sino, protegiéndolos con tablas y plásticos, los cubrieron con tierra y así permaneció 5 años y medio. En mayo de 2024 lo descubrieron de nuevo, esta vez para recuperarlo antes que el tiempo termine por malograrlos. En esta excavación, los fósiles están ahora cubiertos con yute y yeso, que es la técnica para retirarlos y llevarlos a un ambiente donde protegerlos.
La segunda excavación es la que muestra los fósiles conforme fueron descubiertas tras retirar la cobertura de tierra.
Es probable que en la zona haya vestigios de 6 0 7 elefantes prehistóricos, calcula Adolfo, basado en los tipos de huesos fosilizados hasta ahora hallados.
“Lo que necesitamos es apoyo económico”, dice Adolfo. Él mismo costea los gastos de su trabajo y de Daniel Vásquez, el joven que, tras el descubrimiento de los vestigios, se ha vuelto en su principal soporte de mano de obra y se ha convertido también en un experto de la Paleontología. Daniel, montado en su bicicleta, recorre parajes y cerros de Chambará recolectando fósiles marinos, de los cuales conoce sus tipos, géneros, probable antigüedad. Se formó autodidácticamente, como Adolfo, siguiendo por internet y las redes sociales a paleontólogos de otros países, como España.
Por lo pronto, la municipalidad de Chambará, una pequeña administración rural, cuyo presupuesto total es de 1 millón 466 mil soles, les pagará sus honorarios de mayo.
Especialistas del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) han prometido llegar a Chambará, antes que acabe julio, para verificar el lugar y brindar asesoría especializada.
¿Un museo paleontológico sería posible en Chambará? El trabajo de esta dupla lo merece.