En el óvalo de Miraflores, en Sapallanga, las autoridades de este distrito rindieron homenaje a sus tres héroes de la Guerra del Pacífico: Apolinario Cantorín Orellana, Mariano Sánchez Cisneros y Baltazar Canchari, quienes fueron cruelmente torturados en la Batalla de Marcavalle y Pucará, el 9 de julio de 1882.
La historia, consignada en un boletín editado por la municipalidad de Sapallanga, en la gestión del exalcalde Menesio Díaz Huamán (1965-1967) narra que el Brujo de Los Andes, don Andrés Avelino Cáceres, retorna de Ayacucho con miles de hombres que venían engrosando voluntariamente las columnas del ejército patriota; se detienen en Izcuchaca unos días para recuperarse de las dolencias sufridas el 9 de junio del mismo año y luego parte hacia Pazos.
El plan consistía en hacer un triple envolvimiento, atacar por las tres partes del centro del Valle del Mantaro. El destacamento del norte, al mando del coronel Gastón con los Montoneros de Canta atacaría por la ruta del Mantaro, Comas y Concepción.
El destacamento del oeste, al mando el coronel Máximo Tafur y un batallón de Infantería reforzado por reclutas de Huarochirí, avanzarían por la Margen Derecha del Mantaro, hasta Chongos Bajo. El objetivo era cortar el puente de La Oroya para imposibilitar la fuga chilena.
Llegado el día esperado, atacaron simultáneamente los tres destacamentos: a las 5 de la mañana inició el enfrentamiento en Marcavalle con una descarga de artillería compuesta de 4 cañones que hacen retroceder a 3,500 chilenos. Mil quinientos patriotas atacaron ayudados por montoneros con coraje guerrero que jamás fueron doblegados, hacen replegar hasta Pucará a las fuerzas araucanas que intentan ofrecer resistencia al poderío de Cáceres. Se reinicia la batalla produciéndose más bajas de los invasores, los chilenos huían despavoridamente hacia Sapallanga.
Las acciones de mayor derramamiento de sangre se desarrollaron en las pampas de Cardón, siendo diezmadas las tropas enemigas y nuestros combatientes se aprestaron a perseguirlos, pero una pequeña guarnición chilena acantonada en Sapallanga tenía prisioneros a tres sapallanguinos: Apolinario Cantorín Orellana, Mariano Sánchez Cisneros y el ciudadano Canchari, quienes fueron torturados, obligándolos a vivar a Chile, y en vista de su negativa, fueron atados de los pies a la cola de los caballos y arrastrados por lo menos seis o siete cuadras desde el río Quillis hasta el río Chaclas, requiriéndoles vivar a Chile. Los mártires, al mover la cabeza en forma negativa, fueron fusilados.
Para perennizar este heroísmo, fue construido el Obelisco en Sapallanga, en memoria de los héroes sapallanguinos, los soldados de la Campaña de La Breña y al Gran Mariscal Andrés Avelino Cáceres.
La construcción del monumento fue gestionada por el Centro Social Sapallanga, en el cual trabajaron alumnos del centro educativo 515, hoy 30024. La placa fue un obsequio de la Cerro de Pasco Cooper Corporation y los padrinos, el Dr. Ramiro Prialé Prialé y su esposa Antonieta Zevallos de Prialé.
En la ceremonia de este martes, el comisario de Sapallanga, expresó su reconocimiento a la valentía de estos héroes y reafirmó el compromiso de mantener viva la memoria de aquellos que dieron su vida por la libertad de nuestro país.
Las autoridades coloraron tres ofrendas florales en memoria de los héroes caídos, se entonaron himnos patrios y se hizo un llamado a la unidad y solidaridad entre todos los peruanos.
