Huancaína María Benito, la segunda peruana en acceder a la muerte digna: “Me voy contenta, cumplí mis sueños”

El último viernes 3 de mayo, la huancaína María Teresa Benito Orihuela fue la segunda peruana en acceder a su derecho a una muerte digna. Al despedirse, dijo: "Me voy contenta porque cumplí parte de mis sueños y proyectos".
El viernes 3 de mayo María Benito accedió a la muerte digna. Foto: El País
Huanca York Times
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El viernes tres de mayo, la huancaína María Teresa Benito Orihuela, de 66 años, falleció luego de acceder al retiro voluntario del ventilador mecánico que la mantenía con vida.

Sus últimas palabras fueron de agradecimiento a sus familiares, amistades, compañeras de colegio, a los juristas y personas que apoyaron su pedido a decidir sobre el final de su vida:

“Hoy quiero que sepan que todos tenemos derecho a acceder a esto, nadie sabe qué pasará en la vejez, pero ya saben que no tienen que sufrir ni hacer sufrir a su familia. Yo amo a la vida, pero en estas condiciones, no. Sé que no todos están de acuerdo, pero comprendo. Pido al Divino que sean muy felices y que los bendiga”.

María Benito padecía esclerosis lateral amiotrófica hace diez años. Enfermedad sin cura que destruye el cerebro y la médula espinal.

La enfermedad avanzó de tal manera que la dejó completamente paralizada, no podía ni hablar. Lo único que hacía era mover sus ojos, que le permitía comunicarse mediante un programa computarizado.

Sin embargo, hace unos meses, María sentía que los músculos de los ojos se le debilitaban y pidió la desconexión del ventilador para el 23 de febrero, fecha de su cumpleaños número 66, pero EsSalud le negó, alegando objeción de conciencia, y que, al no existir una legislación en eutanasia, le correspondía decidir a las autoridades judiciales.

La abogada de la paciente, Josefina Miró Quesada Gayoso, informó que luego de cinco meses de litigio, en febrero de este año, la Tercera Sala Constitucional de la Corte Superior de Lima ordenó respetar y garantizar la decisión libre e informada de María, de rechazar tratamientos médicos que prolongaban su vida de manera artificial y la hacían sufrir en exceso.

A través de un comunicado, la abogada Miró Quesada explica que el derecho a “rechazar tratamientos médicos es una forma de adecuación del esfuerzo terapéutico que permite a una persona suspender o no iniciar un tratamiento para que la enfermedad siga su curso y termine con una muerte natural”.

Y aclara, que este caso “no es lo mismo que la eutanasia, donde se aplica una dosis letal para general inmediatamente la muerte. Es simplemente que nadie puede ser forzado a continuar con un tratamiento que ya no consiente”.

Luego de que el 21 de abril, Ana Estrada lograra acceder a eutanasia, María Benito es el segundo caso en el acceso a decidir sobre el término de su vida.

Ambas eran amigas y sus casos llevados por Josefina Miró Quesada Gayoso.

Mediante las redes sociales, María Benito recibía frecuentemente palabras de aliento, bendiciones, oraciones como soporte emocional en todo el proceso largo de su enfermedad degenerativa. 

María deja una hija y un hijo, quienes la acompañaron durante la sedación paliativa antes de la desconexión:

“Me voy contenta porque cumplí parte de mis sueños y proyectos. Dejo de legado a dos hijos maravillosos, nietos y bisnietos”, María Teresa.