Las dos plantas del árbol de la quina sembradas hace tres años en la Plaza de la Constitución de Huancayo no lograron aclimatarse y a los pocos días murieron en el vivero municipal. En cambio, uno de los ejemplares plantados en la Plaza Mayor de Trujillo, creció y emergieron sus primeras flores.
El jefe de Parques y Jardines de la Municipalidad de Huancayo, Juan Bonifacio Corilloclla, explicó a este medio que cuando asumió su cargo en enero de 2023, le informaron que luego de la ceremonia del plantado de los dos arbolitos de la quina, el 22 de abril de 2021, los dos ejemplares fueron retirados de los jardines de la Plaza de la Constitución y trasladados al vivero municipal, donde lamentablemente “se secaron”, sin recibir mayor cuidado.
El objetivo de sembrarlas era, precisamente, favorecer su propagación para evitar su extinción, pues este árbol que representa la riqueza de biodiversidad del Perú en nuestro Escudo Nacional está en riesgo de desaparecer. El entonces alcalde Juan Quispe Ledesma plantó los arbolitos, se tomó fotos con la exministra de Desarrollo e Inclusión Social Silvana Vargas, y ahí quedó.
Todo lo contrario pasó en Trujillo. Allí, el agrónomo Paúl Huánuco, responsable de la oficina de Gestión Ambiental de la municipalidad de esa ciudad, explicó a Huanca York Times que protegieron a la planta una “caceta invernadero” para generarle un microclima favorable. Y evitar que las personas se lo roben o le causen daño, como había pasado en otras ocasiones.
Los cuidados incluyeron la fertilización con abono orgánico y riego por las mañanas. El resultado: uno de los cuatro ejemplares de diferentes variedades sembrados en 2022, creció con mayor velocidad, alcanzó dos metros de alto y el último jueves 11 de abril emergió su primera flor, de color blanco y de pétalos alargados.
Ahora que el árbol de la quina creció dos metros, Paúl planea hacer una caseta invernadero de 50 metros cuadrados, para seguir dándole un microclima favorable a la planta.
Paúl Huánuco dijo a Huanca York Times que lleva 12 años intentando adaptar el árbol de la quina al clima de Trujillo y que una haya florecido convierte a esta ciudad en la primera del mundo que a nivel del mar exhibe este ejemplar en su plaza mayor.
Pero Huánuco no es el único dedicado a recuperar el árbol de la quina y diseminarlo en Trujillo y otras zonas del país. El tecnólogo médico Roque Rodríguez Barrutia “sabe más de botánica y taxonomía”.
“Él tiene más semillas de colección de cualquiera del Perú”, dice Paúl Huánuco sobre el trabajo del médico de hace más de 20 años. “Su casa es su laboratorio”.