Huancayo cumplió 159 años: ¿Qué estamos celebrando?

"Tenemos el espíritu rebelde casi perdido y la capacidad de indignación a punto de desaparecer. Huancayo nos dio mucho y le estamos dando tan poco. ¿Qué estamos celebrando?"
Huancayo cumplió 159 años de creación política el 16 de noviembre
Jair Pérez Bráñez
Jair Pérez Bráñez
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Huancayo cumplió 159 años de creación política como provincia. Es una de las ciudades más importantes del país pues tiene la categoría de metrópoli regional, es la cabecera y la ciudad más importante de toda la macrorregión central, y muy poco estamos haciendo por ella.

Huancayo ha construido su historia en función a la rebeldía. Fue una raza guerrera que pactó con los españoles para tomar venganza de la invasión Inca, motivo por el cual, según varios intelectuales entre ellos Arguedas, no hubo gamonalismo en nuestra región. Pero también en reconocimiento al cacique Guacra Paucar se le entregó un escudo, señal de considerarlo un igual, escudo que hoy es parte de la identidad de la ciudad.

Huancayo se comprometió con la República: la jura de fidelidad a la Constitución de Cádiz en 1812 fue el preludio de ello, por eso el nombre de la Plaza de la Constitución, el sitio patrimonial más importante de nuestra ciudad. Huancayo juró su Independencia en 1820, aunque algunos historiadores plantean dudas sobre ello. En Huancayo se escribió la Constitución de 1839. Se promulgó la libertad a los esclavos en 1854. Se hizo frente, conjuntamente con todo el Valle del Mantaro, a los chilenos impidiendo que ganaran la guerra en el valle. También se enfrentó a los gobiernos dictatoriales de Odría y Fujimori.

Huancayo es una tierra fértil de arte, música y folklore. Los antiguos huancas hacían música con sus guacrapucos de cráneos, según Guaman Poma. Nos han legado música originaria como la tinya del Santiago. O como decía Luís Milón Duarte, que en 1875 en Huancayo habían más de 40 pianos con lo que se demostraba una vida bohemia y cultural importante en nuestra ciudad.

Huancayo ha aportado además géneros musicales como el Huaylarsh, el huayno huanca, la muliza huanca, la chicha del valle del Mantaro, entre otros. Músicos importantes como Oscar Vadillo, Zenobio Dhaga, Flor Pucarina, Picaflor de los Andes, Moticha Alanya, Claudio Huanca, algunos nacidos fuera, pero autodeclarados huancas.

Huancayo nos ha legado artistas e intelectuales importantes como: Juan Parra del Riego, los hermanos Bolaños, Guillermo Guzmán Manzaneda, Abilio Gonzales, Manuel Baquerizo, Delia Poma, Enrique Mayer, Josué Sánchez, María Teresa Zúñiga, Nicolás Matayoshi, Apolonia Dorregaray, Santiago Rojas, Eduardo Valentín, Aquilino Ramos, Pedro, Javier y Antonio Gonzalez, Sandro Bossio Suarez, Teófilo Hinostroza, Víctor Hugo Arana, Nelson Manrique, Tulio Mora, Rodolfo Cerrón Palomino, Fernando Pomalaza, Luís Hurtado, Jesús Lindo Revilla, Irma Poma… la lista se hace interminable. Tenemos deportistas de otro nivel como Hugo Gabino, Christian Pacheco y Kimberly García.

Huancayo nos dio la Feria Dominical, el Huaylarsh, el Santiago. Nos entregó su fiesta más importante y más discreta: Tayta Padre. Nos dio tradiciones, ahora algunas perdidas, como las visitas al Cerrito de la Libertad, Pascualito, la Feria de Yauris, la Maratón de los Andes, visitas al Coliseo Wanka, Torre Torre, las Aguas de las Vírgenes. Nos dio colegios emblemáticos y rivalidades entre colegios emblemáticos. Nos dio una universidad de comuneros, origen de varias universidades del país. Nos dio ser el destino del ferrocarril más alto del mundo, categoría que hoy se perdió, y tren que perdimos por la privatización. Nos dio también el inicio del tren más peculiar del mundo: el Tren Macho. Huancayo nos dio reconocimientos como patrimonio cultural monumental, patrimonio inmaterial y ser reconocidos por UNESCO como Ciudad Creativa de la música.

Huancayo nos dio mucho y le estamos dando tan poco.

Somos una de las ciudades con mayor nivel de corrupción del país. Somos la ciudad que tiene menos espacio verde por habitante del país. No tenemos espacios públicos, ni infraestructura para la cultura. Somos la ciudad con un desorden desopilante. Somos la ciudad con ninguna planificación para el transporte público. Tenemos mucha delincuencia y alta criminalidad. Somos la ciudad sin programas para animales en situación de calle. Somos la ciudad sin políticas culturales. No tenemos políticas para el cambio climático. No hay programas para la formalización del comercio ambulatorio. Tenemos maltrato y políticas draconianas para el comerciante formal.

Tenemos un gobierno municipal y uno regional que parecen estar en piloto automático, mientras alcalde y gobernador se piensan presidenciales. Tenemos políticos señalados, juzgados, encarcelados y prófugos. Tenemos congresistas que no nos representan. Tenemos lo peor de la política nacional, por ejemplo, un partido político aliado al fujimorismo y principal culpable de la crisis que hoy vive el país. Tenemos una población que no se identifica con nuestra historia, que no reconoce nuestro pasado, que tiene una idea sesgada de modernidad. Y tenemos el espíritu rebelde casi perdido y la capacidad de indignación a punto de desaparecer. Huancayo nos dio mucho y le estamos dando tan poco. ¿Qué estamos celebrando?