Las autoridades de las comunidades de Chongo Alto, en el valle del Canipaco, en Huancayo, ratificaron su pedido de cierre inmediato de la minera Corihuarmi, a quien responsabilizan de la contaminación del río La Virgen y otros cuerpos de agua, como efecto de la extracción de oro.
Los comuneros denunciaron que dicha contaminación vulnera sus derechos ambientales y la de los pobladores del Canipaco. “Nos sentimos perjudicados por esta empresa”, dijo el presidente de la comunidad de Palaco, Melitón Bello.
El 9 de enero del 2020 hubo una descarga de aguas ácidas que afectó los ríos Chacote y La Virgen. La responsable: la unidad minera de oro Corihuarmi, de la empresa Minera IRL. S.A.
Los comuneros señalan que aún se advierte contaminación en estas aguas, lo cual afecta a varios distritos. Recientemente Bello denunció que la empresa minera dilata el cierre definitivo de Corihuarmi. Esta denuncia pública se realizó en el marco de movilizaciones locales para acelerar este cierre de la unidad minera en octubre del año pasado.
Una amenaza a la calidad de vida
De acuerdo con Prisiliano Cano Pomayay, presidente de la Federación de los pueblos indígenas de la zona sur de Huancayo y el norte de Huancavelica, este es un problema ambiental que afecta la vida de los pobladores, generando un problema social, de salud y económico.
Cano dijo que, a pesar de diálogos y acuerdos con las comunidades e intervenciones estatales, la situación no ha mejorado, puesto que la empresa minera y el Gobierno -Central y Regional- no dan respuesta a las demandas planteadas.
El dirigente precisó que representa a 32 comunidades campesinas.
Biodiversidad afectada
Por su parte, representantes de la Comunidad Campesina de Chongos Alto denunciaron que la biodiversidad de la laguna Yanacocha y río Chacote está prácticamente muerta. Escasean las truchas y otras especies que antes abundaban allí.
“El agua que nace de la laguna Choclococha mantiene al río La Virgen”, afirma Bello. En ese lugar está ubicada Corihuarmi.
Esta agua se utiliza para la agricultura y ganadería, actividades de las que viven las comunidades altoandinas, además del consumo humano. A la contaminación del agua se le suma la contaminación de los pastizales.
Los representantes de Chongos Alto añadieron que las maquinarias de Minera IRL. S.A. levantan polvaredas y alteran también la cantidad de ganado que se cría.
Bello detalló que algunos minerales presentes en la extracción y separación del oro, como el cianuro, representan amenazas a la salud de la población y a ello atribuyó los síntomas como dolor de cabeza, que reportan los comuneros.
Falta voluntad para el diálogo
Cano Pomayay relató que la Minera IRL SA no comunicó a las comunidades campesinas sobre el estado de contaminación de las aguas y calificó de desidia la actitud de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) y el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), para hacerse presente en la zona.
Por esta razón, la dirigente Luz Goyzueta Soto demandó que el cese inmediato de las perforaciones de Corihuarmi, el pago de la deuda social a las comunidades campesinas de Chongos Alto, la remediación ambiental y la presencia y transparencia en el diálogo entre Gobierno Regional, Minera y las comunidades.