“Ni de muerto se descansa”, dice uno de los guardianes del cementerio Huicho Cruz de Azampampa, en Chilca y agrega que los nichos fueron profanados usando combo y una herramienta en punta.
La presidenta de la comunidad, Rosa Poma, precisa que fueron 8 tumbas profanadas y explica que seis correspondían a mujeres. En el caso de tres tumbas sus lápidas fueron perforadas hasta alcanzar el cajón que también presenta daño, incluso de la parte interna y se puede observar parte de los cuerpos inhumados.
En otros cuatro, hay daños en las lápidas o enchapes.
Y en un caso, los profanadores abrieron el ataúd por una esquina, sacaron el cuerpo y lo dejaron recostado en el piso.
Rosa Poma dice que esto es muy extraño, pues no se han llevado cuerpos o partes de cuerpos, pero sí se han dañado lápidas y ataúdes. Puede deberse a problemas que sostiene con miembros de la comunidad.
Ingresaron de madrugada
La autoridad sospecha que habrían imgresado más de una persona, entre las doce y las cuatro de la madrugada, puesto que los trabajadores vigilan hasta la medianoche.
Los familiares de los las personas enterradas en los nichos profanados, que prefieren mantener en reserva su identidad y el de sus seres amados, demandan una rigurosa investigación, que no quede impune y se encuentre y castigue a los culpables.
Demandaron también más seguridad en el cementerio.
“Esto es obra de psicópatas”, dijo un familiar. Otro señaló a “estudiantes de medicina” y un tercer familiar deslizó la posibilidad que se trate de chamanes como los autores del hecho.