Ha pasado ocho días desde cuando Zósimo Cárdenas hizo el ridículo servil de prestarse acompañar como títere en la comparsa a favor de la rechazada presidenta Dina Boluarte en las pampas de Junín.
Pese a los días transcurridos vale comentar algunos aspectos sobre el episodio histórico de la gesta independentista de Junín sucedido hace 199 años y su relación con el Junín de hoy.
El historiador Antonio Zapata en un interesante artículo sobre la epopeya de Junín contra el colonialismo español escribió: “Al vencer en Junín, Bolívar bajó a la Costa a ocupar Lima y dejó que Sucre continúe la campaña […]. Ese es el punto, pues solo una victoria estratégica podía abrir la puerta de la capital; y tomar Lima implicaba ganar antes en las regiones”.
Qué significa esto. La historiografía nos señala que la región Junín y particularmente el valle del Mantaro por su ubicación geográfica y rica logística siempre fue una zona estratégica desde el punto de vista militar. Y como tal definiría o sentaría las bases para ganar una guerra o resistirla en el tiempo.
Así, sirvió para que Pizarro aplaste al ejército incaico. Sirvió para el triunfo definitivo contra los españoles, pues sin Junín no hubiese sido realidad la victoria de Ayacucho. Sirvió para la heroica resistencia en la Campaña de La Breña contra el invasor chileno. Y sirvió hasta para la demagogia electoral de Alan García de convertir a la provincia de Concepción como una nueva capital del Perú.
Por consiguiente, Junín no es una región más en el mapa nacional, sino tiene pergaminos históricos que mostrar. Pero, pese al tiempo que ha transcurrido, los juninenses hasta hoy no hemos sido capaces de emplazar al gobierno central de que no siga considerando a Junín como la cenicienta en lo que se refiere a la cristalización de obras públicas de envergadura.
Lo dicho se reflejó una vez más el pasado 6 de agosto cuando el presidente regional, Zózimo Cárdenas, fue incapaz de exigir con firmeza que avance la ejecución de la nueva carretera central cuatro carriles.
La culminación de hospitales inconclusos y abandonados como, por ejemplo, en la selva central. El asfaltado de carreteras como la variante de Jauja a Tarma y la de Huancayo a Pariahuanca, la pavimentación integral de la vía de evitamiento de Huancayo, la descontaminación del lago Chinchaycocha y el río Mantaro. Una atención preferencial a la agricultura, ganadería y demás actividades económicas. O, simplemente, el cumplimiento de la denominada Agenda Junín.
Antes de encabezar una movilización junto con su pueblo para encarar a Dina Boluarte que próximo al Bicentenario de la gesta de Junín se atienda de manera especial a nuestra región, Cárdenas prefirió el silencio cómplice y los enjuagues con el poder.
Queda aún 360 días para el mencionado bicentenario. Está en manos de las autoridades y del pueblo organizado de la región, para que en razón de tal efemérides se atienda de manera especial a Junín; así como lo vienen exigiendo ya los ayacuchanos por lo de la Quinua.