Por: Jaime Bravo
“En los atardeceres pensaría que para él había florecido esa rosa: la encarnada batalla de Junín, el instante infinito en que las lanzas se tocaron, la orden que movió la batalla”, escribiría el escritor argentino Jorge Luis Borges, en el poema “Página para recordar al coronel Suárez, vencedor en Junín” incluido en el poemario “El otro, el mismo”.
Junín, para el autor del libro de relatos “Ficciones”, fue el escenario donde plasmaría sus ideales de heroísmo; porque ahí también fue donde se dio “la encarnada batalla de Junín”, tres años después de la declaración de la independencia del Perú.
Junín no hubiera sido citado por Borges tantas veces en sus poemas, sino fuera porque ahí luchó en esa breve contienda, su bisabuelo, el coronel Manuel Isidoro Suárez, al dirigir a los Húsares de Junín, compuesto por una caballería peruana y otra colombina cuando aún se tenía a la cabeza de esta gesta al libertador Simón Bolívar. De su bisabuelo dijo Borges que “la audacia fue costumbre de su espada./ Impuso en la llanura de Junín/ término venturoso a la batalla/ ya las lanzas del Perú dio sangre española.
No hay poema sobre Junín escrito por Borges que no se relacione con su bisabuelo; entre los poemas que destacan están “Junín”, “Página para recordar al Coronel Suárez, vencedor en Junín”, “Mateo XXV, 30”, “Inscripción sepulcral” y “Coronel Suárez”. En este último poema Borges dice de Junín que es “…resplandeciente como un sueño./ En un confín del vasto Sur persiste/ Esa alta cosa, vagamente triste.”
Empero, Junín para Borges también es el Junín de la provincia de Buenos Aires donde su antepasado contuvo una sublevación en ese lugar, antes llamado Fuerte de la federación, de ahí que aún persiste esa confusión de cuál de las dos ciudades se refiere el autor gaucho. Borges orgulloso de ese pasado militar de su familia cuenta que su abuelo, el coronel Francisco Borges, se hizo matar deliberadamente después del combate de La Verde “por una serie de circunstancias políticas”.
Las gestas tanto de Manuel Isidoro Suárez como Francisco Borges, representaban para el autor de “Fervor de Buenos Aires”, las más altas muestras de un acto épico de un hombre frente a una causa patriota. “Creo que el ejercicio de las armas es verdaderamente honroso, más allá del hecho de ejercerlo por unas u otras causas”, dijo en una entrevista.
La recientemente fallecida María Kodama, viuda de Borges, el año pasado, en el marco de la XII Feria del Libro Zona Huancayo, a través de una entrevista vía Zoom, recordó el lazo que tenía su famoso esposo con Junín, al indicar que a él le hubiera gustado recorrer esa pampa donde su antepasado luchó para sellar nuestra independencia del yugo español. Borges, si bien visitó en Perú 1965, nunca llegó a Junín: la recorrió con sus poemas y su gran imaginación.