El caso del policía Soncco y cómo Otárola y la PNP desinformaron para descalificar protestas

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La primera señal de la operación sistemática para aprovechar políticamente la muerte de José Luis Soncco Quispe, en favor del gobierno, se dio en la preparación del escenario para recoger el cadáver del suboficial que amaneció, parcialmente quemado, al costado de un patrullero calcinado, en una zona periférica de la ciudad de Juliaca, en la región Puno.

De acuerdo con los documentos que obran en el expediente judicial N° 00140-2023-8-2111-JR-PE-029, los mandos policiales sabían lo que había ocurrido desde aproximadamente la medianoche de aquel 10 de enero de 2023, luego de la dolorosa jornada en que fallecieron 17 personas a causa de la represión policial.

Según el expediente, la Policía Nacional programó una diligencia para las 5:30 de la madrugada. Pero llegaron, constataron los hechos y se fueron. Una fotografía del cadáver descubierto circuló entonces por varios grupos de whatsApp de periodistas.

Luego de que la policía se retiró, el cuerpo apareció cubierto con un cartel en perfecto estado que, con letras azules perfectamente rectas, decía “Dina asesina”.

Un periodista del portal Fama TV llegó a la zona, alertado por un desconocido, y transmitió en vivo un total de 4 minutos y 40 segundos. El video se viralizó de inmediato. Varios medios de comunicación dieron luego versiones inexactas del trágico suceso.

“El suboficial de segunda PNP, José Luis Soncco Quispe, de 29 años, fue encontrado calcinado al interior de su vehículo de patrulla, en la ciudad de Juliaca en Puno. El acto vandálico habría sido perpetrado por no menos de 350 manifestantes, señaló la policía”, publicó el diario Perú21 en su página web.

Demora inexplicable

El superior del policía fallecido era el Teniente PNP Anthony Greey Herrera Choquehuanca, jefe de la Unidad de Emergencia (UNEME) en Juliaca. Pese a que desde la medianoche tuvo conocimiento de que su subordinado Soncco estaba en riesgo de muerte, recién fue a buscarlo a las 5:30 a.m.

Luego de constatar su fallecimiento, decidió irse y volver a las 7 de la mañana con refuerzos, ya solo para recoger el cadáver. Lo llevó hacia la sede policial, donde se realizó el levantamiento del cuerpo, a cargo del fiscal de turno, Rolando Agramonte Ramos. Según explicó, esta diligencia no se hizo en el lugar del hallazgo debido a la situación de emergencia en la zona.

El teniente Herrera declaró ante el fiscal que investiga el caso, Adley Yvan Montes de Oca Budiel, que se enteró por redes sociales de la quema del patrullero y también sobre un cuerpo incinerado que presumiblemente sería del suboficial Soncco.

De acuerdo con su manifestación, a la medianoche recibió un llamado de auxilio del suboficial de tercera, Ronald Villasante Toque, compañero de Soncco en el patrullero, quien escapó y se salvó de una turba. Pero recién a las 2:30 a.m., más de dos horas después, acudió en su ayuda.

Curiosamente, durante la audiencia, mientras el teniente Herrera era interrogado por el fiscal desde Lima, adonde fue trasladado apenas días después del incidente, cortó intempestivamente la comunicación vía meet, plataforma donde se realizaba el interrogatorio, y no volvió a responder el teléfono. El fiscal, sorprendido por esa conducta, la dejó asentada.

Y pese a que a las 9:17 de esa mañana se inició el levantamiento del cuerpo, ya en sede policial, y con presencia de la conviviente de Soncco, Leydy Diana Ricalde Fuentes, quien lo había reconocido plenamente, a las 9:40 horas, Jorge Angulo, jefe del Comando Operativo de la PNP, declaró a RPP que aún no podía confirmar la identidad del policía quemado.

Más aun, a las 11:10, el comunicado oficial del Ministerio del Interior no habla de la muerte de un policía, sino de su desaparición.

Recién cerca del mediodía, el general PNP Jorge Luis Angulo confirmó “el fallecimiento del efectivo calcinado dentro de un patrullero en Puno”.  Además, declaró que otras tres patrullas fueron atacadas por turbas de manifestantes, por lo que cuatro policías habían sido heridos y trasladados a Lima, entre ellos, Villasante, el compañero de Soncco que huyó del patrullero.

En otras declaraciones, dijo sobre las manifestaciones que habían apreciado “conductas que lindan con lo criminal”.

“El escenario de ayer, al margen de las manifestaciones masivas, ha habido muchos ciudadanos que han requerido de la policía porque muchos vándalos entraban a las casas a robar. Hacemos un llamado a los ciudadanos para que regresen a las comunidades y que no se dejen engañar”, declaró el general Jorge Luis Angulo.

Discurso coincidente

En un bien alineado discurso, a partir de entonces, también participó un fiscal que habló expresamente de terrorismo detrás del crimen, sin aportar elemento alguno en ese sentido.

“El policía ha sido asesinado, esa es la palabra, por una turba que ha incendiado el patrullero y quedó atrapado dentro y ha fallecido calcinado”, dijo Jorge Chávez Cotrina, coordinador de las Fiscalías especializadas contra el crimen organizado.

Pero la versión más alarmista estuvo a cargo del presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, quien confirmó la muerte de Soncco ante el Pleno del Congreso, justo cuando pedía el voto de confianza parlamentario y facultades legislativas para mantener el orden interno.

“Ayer a las 11:45 pm., en las inmediaciones del colegio San Martín en la urbanización Colmena en Juliaca, un grupo de manifestantes retuvieron a la unidad móvil de la unidad de emergencia de la PNP (…) conformada por una tripulación de 2 suboficiales, quienes fueron agredidos a mansalva por los manifestantes… Se constituye al lugar de los hechos la Policía y constata que un policía fue golpeado y maniatado y el otro, el subalterno de segunda José Luis Soncco Quispe, ha fallecido, ha sido quemado vivo en su patrullero”.

Un día después, el 11 de enero, el Ministerio del Interior elaboraba un video en homenaje al policía caído, mientras medios de comunicación limeños hablaban unánimemente del policía quemado por vándalos o terroristas que protestan.

El 11 de enero el diario El Comercio emitió este video en sus redes sociales, y otros medios replican ampliamente la versión.

https://www.instagram.com/p/CnR-n0Dpq3Z/?img_index=5

El 12 de enero, en Juliaca, tuvo lugar un homenaje al suboficial PNP José Luis Soncco Quispe en el aeropuerto Inca Manco Cápac. El acto lo presidió el General PNP David Pablo Villanueva Yana, jefe de la X Macro Región Policial Puno.

También asistieron el Coronel PNP Julio Santos Mauricio Contreras, jefe de la Región Policial Puno; el Coronel PNP Alberto Rojas Méndez, jefe de la División Policial PNP Juliaca. Invitados los padres del policía fallecido, declararon a los medios de comunicación pidiendo justicia, pero inesperadamente culparon a la presidenta Dina Boluarte y al gobierno de la injusticia que nos está llevando a “matarnos entre peruanos”.

Le pidieron a la presidenta que se vaya, pero esa parte no fue considerada por la mayoría de medios de comunicación. Puede ver aquí sus declaraciones, ante la incomodidad de los jefes policiales.

En Willax TV, ese mismo 12 de enero, declaró el fiscal Chavez Cotrina calificando el asesinato como un “acto terrorista”.

Kallpa Soncco

El día 15 de enero, Willax TV emitió un reportaje al respecto en el que se enfatiza un hecho ya desmentido por la necropsia para ese momento: el suboficial había fallecido por contusión, pero todo el reportaje habla de que fue quemado vivo.

Las imágenes mostradas como los últimos instantes de vida del suboficial José Luis Soncco no eran tales. Corresponden en realidad a los momentos en que al suboficial Ronal Vilasante lo agrede una turba de unas 30 personas y logra escapar, apoyado por algunos pobladores.

Así lo confirma el propio Villasante ante la Fiscalía, al tiempo que aseguró que no pudo percatarse de lo ocurrido con su compañero de ruta, el suboficial Soncco. De acuerdo con el expediente fiscal, no hay ningún video que muestre lo que realmente ocurrió con este policía. Hay unos segundos que muestran al patrullero rodeado por una decena de personas y a Villasante escapando, pero no se ha logrado más evidencias.

Las imágenes que muestran a dos personas obligadas a desnudarse por una turba, se descartaron, pues no corresponden a estos hechos. Y fue a través de testigos, que se logró identificar al único detenido al momento, el expolicía Erusbel Jhonatan Apaza, quien tenía en su domicilio parte del armamento del fallecido.

El 26 de enero, desde el sitio web de PBO, se difundió un video musical de homenaje al fallecido policía Soncco, reproducido por el canal Willax TV, en este enlace:

Se trata de un yaraví producido por Hernán Garrido-Lecca y Andrés Capelleti Jáuregui, junto al músico Vicente Mansilla. En parte de la letra dice: “me lo han quemado por defender a sus hermanos”. Y luego: “vencimos en el ayer, volveremos a vencer”, mientras el video muestra al extinto líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, con su traje a rayas y la bandera del grupo terrorista MRTA arriada por un efectivo militar.

Esta versión, la más difundida y repetida hasta ahora, afirmada a voz en cuello por Alberto Otárola el 10 de enero, la habían desmentido ya el 11 de enero, con el resultado de la necropsia. Pero el documento no se hizo público sino hasta el 25 de marzo, cuando el fiscal Montes de Oca sustenta su pedido de prisión preventiva para Erusbel Jhonatan Apaza, ya que era parte del expediente.

Fue un expolicía

El 25 de marzo, Oscar Arriola, vocero de la PNP, evitó responder si el suboficial Soncco estaba vivo o no cuando quemaron su cuerpo. A pesar de que ya conocía el resultado de la necropsia que es indubitable. Alegó que “no hace ninguna diferencia la maldad de las personas que queman a una persona, esté viva o muerta”.

Arriola había acudido a una entrevista con el periodista Nicolás Lúcar en Exitosa Noticias para abundar detalles de la captura de tres personas vinculadas al crimen de Soncco. Como jefe de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) informó que los capturados fueron Ismael Díaz Ccallata (28), alias ‘Flaco’, Erusbel Apaza Uturunco (25), alias ‘Chato; y Yesenia Molina Vargas (27), su pareja.

Resulta que Erusbel Apaza era un expolicía. Se había desempeñado como suboficial de tercera y se encuentra en situación de retiro. Y en su vivienda se incautó la cacerina de fusil AKM con siete municiones y accesorios de pistola Prieto Bereta incinerados que pertenecían al suboficial fallecido, José Luis Soncco. Además, se halló 23 mil dólares en efectivo, todo lo cual fue tomado como indicios decisivos en su contra.

En sus declaraciones, Oscar Arriola no hizo énfasis en una media verdad. También aseguró que los inculpados sí estaban en las manifestaciones de protesta, cuando lo cierto es que en el expediente fiscal no hay ningún elemento que sustente esa afirmación. En tono alarmista señaló que habían 24,500 personas dispuestas a tomar el aeropuerto el 9 de enero en Juliaca. Esto contradice los informes de la CIDH, Defensoría del Pueblo y demás entidades al respecto.

Entrevista Arriola con Nicolás Lucar en La Exitosa. Ver los minutos 10 a 11.

El 3 de mayo, en conferencia de prensa del gobierno para responder sobre el informe que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) había emitido sobre la situación en Perú, Alberto Otarola, nuevamente, repitió la falsedad, casi 4 meses después de la autopsia y numerosas publicaciones periodísticas al respecto.

“Es más, en el caso del suboficial Soncco, el héroe de la Policía Nacional que fue quemado vivo dentro de un patrullero, solo es mencionado como un hecho más. Diez palabras se refieren a él de un informe de 107 páginas”, dijo Alberto Otárola.

Contradicciones policiales

Aquel fatídico 9 de enero, en Juliaca, la unidad policial que acabó quemada estaba tripulada por el SO3 Ronal Villasante Toque (conductor) y como operadores los suboficiales Esteban Barrientos Chayña y el fallecido José Soncco Quispe.

Su jefe inmediato era el teniente Anthony Herrera Choquehuanca, quien no ha cooperado completamente con las investigaciones y fue inmediatamente trasladado por sus superiores a Lima. Muchas de las preguntas del fiscal se respondieron con un “no recuerdo” y las declaraciones de Villasante lo contradicen en varios puntos.

Por ejemplo, no aclara en qué circunstancias, el más experimentado de los tres, Barrientos, se baja de la unidad y quedan solos Soncco y Vllasante. Además, en qué circunstancias rescatan a Villasante de las calles vecinas al incidente. Y sobretodo, se contradice en las órdenes que dio y cómo se comunicó con Villasante.

Una fuente fiscal refirió a El Búho que el abrupto corte en su declaración, apagando su celular, se habría debido a esas contradicciones. Especialmente en cuanto a su comunicación con Villasante a las cero horas del día 10 de enero. Se sospecharía que fue él quien ordenó a los suboficiales bajar del vehículo a conversar con los enardecidos vecinos.

Por otro lado, dos vecinos de la zona dijeron a El Búho que había una mujer dentro del patrullero, quien ayudó a escapar a Villasante. Este último también se contradice entre sus declaraciones a dos fiscales diferentes con fechas 12 de enero, en Lima, y 6 de febrero, en Juliaca.

Descampado donde el patrullero fue quemado la noche del 9 de enero. Foto: El Búho

También se sabe, del propio expediente, que había un grupo de WhatsApp (Huelga de Juliaca… de luto) que se pasó la voz que la Policía traía municiones y bombas desde Huancané. Por eso, la turba (que no era de 350 personas como dijo el Premier, sino de unas 50), se dirigió hacia esa vía. Justo por allí venía circulando la unidad policial que, supuestamente, traía armamento.

Usufructuando el honor

El patrullero PR-14648 en el que iban los efectivos fue atacado al promediar las 11:30 de la noche por desconocidos a una cuadra del colegio San Martín, sobre la calle José Bernardo Alcedo, en Juliaca.

No hay testimonios o videos sobre la muerte de Soncco y las pruebas sobre la dirección del fuego no indican un rociado explícito. La autopsia declara, sin lugar a dudas, la causa de muerte por contusión provocada por objeto contundente. Las piedras manchadas de sangre alrededor, dan cuenta de que impactaron en una persona.

De los tres detenidos, ninguno tiene vínculos políticos o con grupos de manifestantes. Están relacionados con el bajo mundo de la delincuencia. Actualmente, solo Jhonatan Apaza, el expolicía con un largo prontuario de delitos y violencia, permanece detenido. El crimen de José Luis Soncco Quispe permanece sin ser aclarado.

Pero el pasado 18 de julio, en la víspera a la anunciada tercera “Toma de Lima”, el Poder Ejecutivo realizó una inauguración sorpresiva. Un comunicado de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) anunció la creación de una sala con el nombre del policía Luis Soncco Quispe en la sede de la PCM.

El nuevo espacio fue entregado por el titular de la PCM, Alberto Otárola, en compañía del ministro del Interior, Vicente Romero. Asistió uno de los hermanos de José Luis Soncco, quien sigue esa carrera inspirado en su hermano mayor.

“¡Honor y gloria!”, volvió a gritar el premier.

Lee la nota original aquí o visita El Búho, integrante de la Red de Medios Regionales del Perú.