La selva central del Perú esconde en su territorio hermosos e inigualables paisajes, y detrás de ellos a peruanos comprometidos con la naturaleza y con su tierra, así como Rafael Quispe, padre de familia ejemplar quien se ha convertido en promotor turístico de las piscinas naturales de la comunidad nativa de Shankivironi en el distrito de Perené, provincia de Chanchamayo, en Junín.
Estas piscinas naturales denominadas “Antamiki” están a 10 minutos de Pichanaqui y se encuentran en medio de una reserva forestal de 50 hectáreas que hacen del lugar un espacio paradisíaco y de abundante flora con variedad de orquídeas atractivas para los visitantes.
Rafael, padre usuario del programa Juntos, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) pese a que no terminó la primaria y no nació en la zona, señala que Shankivironi es parte de su corazón porque en ese lugar conoció a su esposa Benilda Coallachagua hace más de 20 años, convirtiéndose en su nuevo hogar donde también nacieron sus cuatro hijas, uno de los motivos que lo inspiró a seguir adelante.
“Empezamos utilizando maderas y plantas de nuestra selva para construir el techo de nuestras chozas y tener un espacio con sombra en medio de la naturaleza. Después arreglamos las piedras del contorno de las piscinas naturales y ordenamos un poco la fauna conservando las plantas ornamentales como las orquídeas. Poco a poco comenzó esta aventura”, agrega.
La familia Quispe Collachagua no se quedó atrás y decidió poner todo en marcha para promover este destino como un nuevo centro de atracción. Las piscinas naturales tienen espacios de recreación como canchas de césped natural de vóley y fútbol y hamacas para el descanso de los turistas. También ofrecen platos típicos de la zona, visita a la catarata de masoterapia natural, paseo en bote, entre otros servicios.
Una de las hijas mayores, Thania Quispe Collachagua, de 18 años ingresó becada por Beca 18 a la Universidad Antonio Ruiz de Montoya para estudiar la carrera de Derecho. Ella se ha convertido en un ejemplo para sus hermanas menores y es uno de los mayores orgullos de su familia.
El olor a tierra húmeda, el verdor de la madre selva, los sonidos singulares de las aves y los monos traviesos entre los árboles cautivan a cada turista que visita “Antamiki”. Es un destino imperdible que se puede conocer durante un feriado largo y está a la vuelta de la esquina.