El obrero poeta Víctor Ladera Prieto falleció a los 90 años la tarde del martes último en su casa, en el distrito de El Tambo, en Huancayo.
Con su partida queda ahora un solo integrante con vida del grupo de obreros intelectuales “Primero de Mayo”, que Ladera fundó en 1956 junto a Víctor Mazzi, Leoncio Bueno, José Guerra y Carlos Loayza, recuerda el escritor Roberto Salazar.
“Nos queda otro gran poeta, Leoncio Bueno, de 102 años”, señala Salazar.
En un video homenaje, Víctor Ladera dijo que el objetivo del grupo Primero de Mayo fue “reflejar la vida del hombre, segundo, la vida de los trabajadores; más que todo eso. Ese era nuestro ánimo”.
Ladera nació el 5 de setiembre de 1932, en el distrito de Acolla, en Jauja. Se mudó a Lima por poco tiempo y a los seis años regresó a su tierra, donde estudió hasta los 16 años. A esa edad se fue a trabajar como obrero a Paucartambo (Pasco), en construcción civil.
Allí conoció al poeta Víctor Mazzi Trujillo, quien era corresponsal del diario Última Hora. Fue él quien le hizo conocer a César Vallejo: le regaló un libro del poeta editado en Argentina.
Ladera también se enroló como trabajador de mina en esta misma región y su intento de formar un sindicato le costó que lo expulsen del trabajo.
En 1958, viajó a Europa en un barco, con un pasaje de tercera. “En París (Francia), seguí siendo un obrero junto a los trabajadores franceses”, dijo Ladera en 2015.
“El poeta proletario es aquel que no ha estudiado la literatura, que es autodidacta, es trabajador, que vive de su trabajo, obrero y se solidariza con el movimiento de obreros, el sindicalismo”.
Ladera dejó esta recomendación a los jóvenes: “Ellos también deben empeñarse en sufrir para hacer un poema que tenga una gran validez en nuestro medio”.
“El mejor homenaje que le podemos hacer a Víctor Ladera es leer su obra, volver a la palabra que puede conducir las causas sociales a través de la palabra”, dice el escritor Roberto Salazar.
Ladera, autor de tres libros de poesía Tonos del ande (2002), Dialéctica del Hambre (2004) y Comunidad de Auroras (2017) fue determinante para el valle del Mantaro y la literatura de esta parte del país, concluye Salazar, quien resalta la “ética del creador”, de Víctor Ladera, su coherencia de obrero y poeta.
Mensaje del alba al inmortal José Carlos Mariategui
hoz y martillo en las yerbas de madrugada.
Por ellos, con el oxígeno torturado
amasaste el pan de tos días.
En nombre del comunero de blancas auroras
que destila sustancias turbias del agua,
en nombre de él y de todos los
voy a tomar las púrpuras de tu voz.
En nombre de ellos, José Carlos
voy a tomar los glóbulos rojos del tiempo
para tatuar en el rostro de la naturaleza
tu insigne ideal proletario,
Porque ahora en la hora del hambre
tu voz ilumina el porvenir
de la arcilla oprimida y pisoteada.
Por eso, inmortal camarada
juro en nombre de la vida del hombre
teñir el viento con rosas de tu costado
hasta encontrar grifo, a grito
la forma verdadera de fu verbo.
(Víctor Ladera)