En una colección de alrededor de 200 fotografías de su autoría, el reportero gráfico Guillermo Joo Muñoz narra la historia de Huancayo que él pudo captar con el lente de su cámara desde que se inició en la actividad periodística, en 1965.
“Como reportero gráfico, como hombre de prensa, quise legar para la posteridad algo visual, algo que contribuya a la historia general de la incontrastable ciudad de Huancayo, de la Nación huanca”, dijo el experimentado fotógrafo Guillermo Joo en la presentación de su libro ‘Testigo de una época’.
Su colega, el también periodista Carlos Ordóñez Berrospi, con quien trabajó en el diario Correo de Huancayo, destacó la figura de Joo en la prensa local, considerándolo “una institución en la fotografía”.
Guillermo Joo nació en Lima, en 1945. Estudió primaria en el colegio Andino y la secundaria, por razones de trabajo, en el colegio nocturno Pedro A. Labarte de Lima y también en la vespertina de la gran unidad escolar Santa Isabel de Huancayo, entre 1952 y 1969.
Joo se inicia a los 17 años como laboratorista en estudio fotográfico Cóndor, en Lima. Fue fotógrafo de bautizos en la parroquia de Chacra colorada en Breña. “En verano tomaba fotos en la playa de Agua Dulce, mientras que en otoño e invierno retrataba en la plaza San Martín y en los cementerios Presbítero Maestro y el Ángel, en Lima”, recordó Ordóñez Berrospi.
En Huancayo trabajó en la casa de los novios, ingresó al diario Correo como ayudante de la sección fotograbados y después pasó a la sección periodística donde se desempeñó como reportero gráfico, luego como jefe de fotografía y redactor entre 1965 y 1996
“Aquí empieza esta hermosa trayectoria de uno de los mejores fotógrafos de Huancayo, de la región Junín y con alcance internacional”, subrayó Ordóñez. Y contó la siguiente anécdota:
“Recuerdo que cuando se embalsó el río Mantaro tuve la oportunidad de cubrir esa información en las alturas de Huaccoto, el 25 de abril de 1974. Esa noche, el derrumbe de toneladas de tierra y piedras que se desprendió del cerro Mayunmarca, represó el torrente propiciando una laguna a lo largo de 20 kilómetros rio arriba.
El registro fotográfico de Guillermo Joo sirvió para que autoridades evaluaran la dimensión del desastre natural que duró 45 días
En esa oportunidad no solo se cubrió satisfactoriamente esa comisión, sino que también arriesgamos la vida porque nos adentramos hasta donde había ocurrido este deslizamiento y a medida que pasaban las horas y él tomaba las fotografías iba disminuyendo la carretera.
De tal suerte que para salir de allí tuvimos que trepar los cerros para retornar al diario Correo y dar esta información”.
‘Testigo de una época’ fue editado e impreso por la Oficina de Extensión Cultural y Proyección Social de la Universidad Nacional del Centro del Perú (UNCP).
