Comenzó la novela ‘Toledo’

"Toledo, seguramente, será sentenciado, pero en este país de las maravillas nadie puede asegurar que purgará larga carcelería. La leguleyada, las maniobras jurídicas y políticas de los poderosos del país saldrán relucir en el juicio de la novela".
Periodista Jorge Ponce
Jorge Ponce
Jorge Ponce
Periodista
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Por supuesto que al expresidente Alejando Toledo se le tendrá que sentenciar por los delitos que cometió en perjuicio del Estado peruano.

Concretamente al “Cholo” Toledo se le acusa de haber recibido 35 millones de dólares de la transnacional brasileña Odebrecht, a cambio de entregarle la construcción de la carretera Interoceánica.

Pero no solo eso. En esta ratería millonaria también se beneficiaron otras empresas subsidiarias, ejecutivos privados, grandes medios de comunicación, infinidad de burócratas, políticos y demás ayayeros del gobierno de aquel entonces. Fue un banquete de “los dueños del Perú”, como lo dijera Carlos Malpica.

Hasta aquí los hechos formales. Pero hagamos un esfuerzo en darle otra mirada y vayamos más allá de esta novela circense del caso Toledo. ¿Quiénes se benefician con el escándalo y elucubraciones? ¿A quiénes les interesa el diversionismo? ¿Qué ganamos los peruanos, principalmente los de a pie, con esta novelesca rimbombante?

 

“Con el perdón de los internautas, para mí sería mejor que a todos los corruptos, especialmente a esos de cuello y corbata, se les envíe a trabajos forzados y si se resisten cortarles las manos y en el peor de los casos el paredón”

 

Que Toledo es un ladrón, si pues, pero cuántos ladrones existieron en el Perú antes de Toledo y cuántos también los hubo y habrán después de Toledo. Escucho por allí decir que el país necesita saber la verdad. Pero qué verdad se va a descubrir si todos sabemos que en este país se roba todos los días. Nadie va a descubrir la pólvora en esta tierra de delincuentes. Y todo eso lo conoce muy bien la población.

Con la novela Toledo habrá pasto diario para el sensacionalismo periodístico. El diversionismo Toledo le conviene al gobierno de Dina Boluarte y al nefasto Congreso a seguir haciendo lo que les da la gana, mientras el pueblo permanece embobado frente al televisor.

Muchos jóvenes que hoy frisan los 20 años y hasta un poco más tal vez no conocen bien lo que pasó en este país irredento y de despojo crónico cuando ellos recién nacían. Les cuento:

El “Cholo” Toledo asume la presidencia el 2001 y gobierna hasta el 2,006, sucediendo a otro corrupto que llamaban “Chinito” Fujimori. La política económica neoliberal de Toledo fue un desastre, pues no benefició en nada al pueblo peruano.

Tanto así que en poco más de un año de su gobierno, Toledo tenía un rechazo del 85% de la población y apenas una aprobación del 7.2%, según la encuesta realizada aquella vez por Ídice. El 91.2% de la población, así como hoy, pedía que se adelanten las elecciones para el 2004 y no el 2006. Y el 90.9% no creía que Toledo llegue a completar su gobierno de cinco años. En suma, el gobierno de Toledo fue un fujimorismo sin Fujimori.

Toledo, seguramente, será sentenciado, pero en este país de las maravillas nadie puede asegurar que purgará larga carcelería. La leguleyada, las maniobras jurídicas y políticas de los poderosos del país, los espantos plañideros y demás herramientas saldrán relucir en el juicio de la novela.

Con el perdón de los internautas, para mí sería mejor que a todos los corruptos, especialmente a esos de cuello y corbata, se les envíe a trabajos forzados y si se resisten cortarles las manos y en el peor de los casos el paredón, así como se hace, actualmente, en muchos países del Asia y del Oriente.