El secretario general en Junín de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), Raúl Ariste Cárdenas, atribuyó la poca participación de ciudadanos de Huancayo en las últimas marchas contra el gobierno, a la alta informalidad económica que empuja a las personas a buscarse ingresos diarios para vivir el día a día, y a la débil presencia de sindicatos.
El escaso número de manifestantes en la calle Real se observó en la última marcha del jueves 23 de febrero, en demanda de la renuncia de Dina Boluarte, a pesar de que en las encuestas el 70 % de ciudadanos apoya la renuncia de la presidenta como única salida a la actual crisis.
“Por lo menos esa encuesta es a favor del pueblo”, dice Ariste, quien es el coordinador del Comando Unitario de Lucha de Junín que promueve las manifestaciones por la renuncia de Boluarte, el cierre del Congreso y el adelanto de elecciones.
El dirigente, dice, sin embargo, que las primeras convocatorias a las protestas en diciembre de 2022 y enero de este año, tuvieron una mayor participación, aunque no con la contundencia observada en las regiones del sur, como Puno, Apurímac, Arequipa o Ayacucho, lugares que han registrado muertes por la represión de las fuerzas del orden.
Agotamiento de las marchas
Ariste reconoció que se siente el agotamiento de los manifestantes. “Pero confiamos que el pueblo tiene que nuevamente salir a las calles, porque no hay otra salida para el pueblo que exigir en las plazas, de manera pacífica, la salida de Dina Boluarte“, sostiene en diálogo con Huanca York Times, mientras observa la llegada de pocos manifestantes al Estadio Mariscal Castilla, el jueves último.
Raúl Ariste Cárdenas, secretario general de la CGTP en Junín desde el 2012, recuerda el paro histórico que su sindicato convocó en el Perú hace 46 años, el 19 de julio de 1977, como reacción a las reformas laborales del gobierno dictatorial de Francisco Morales Bermúdez, que, entre otras medidas, autorizaba el despido sin motivación de trabajadores.
“Antes los sindicatos eran muy fuertes y la población económicamente activa pasaba más del 60 %. Ahora no estamos llegando ni al 5 % de los trabajadores sindicalizados”, recuerda Ariste. “Ahora hay un temor de sindicalizarse porque al día siguiente te despiden, por eso existe la informalidad, por eso los sindicatos están débiles. Ha cambiado mucho el tiempo desde esos años”.
Dicho cambio, según el dirigente, fue originado en el gobierno del dictador Alberto Fujimori, con la Constitución de 1993, que implementó el modelo neoliberal. “Esta Constitución no han individualizado a los trabajadores en los centros laborales, ahora vive cada uno”, dice.