Hoy se cumplen tres años de la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Nación, en el rubro de Gran Maestro a la obra musical de Zenobio Dagha Sapaico, con la resolución viceministerial N°041-2020-VMPCIC-MC del Ministerio de Cultura del Perú.
Una línea de tiempo
En 1928, en su natal Chupuro, a sus 8 años, Zenobio Dagha Sapaico ya comenzaba a ejecutar el violín con las enseñanzas de su padre Saturnino mientras su madre Gertrudis lo nutría de sus tradiciones ancestrales.
Ya en su adolescencia y juventud, Zenobio fue convocado a diversas orquestas, una de ellas Los aborrecidos de Huancayo de Pablo Pastor Díaz. En 1947 viaja a Argentina a estudiar en la academia Record, cursos de teoría musical, instrumentación, poesía y composición musical.
Del propio testimonio del maestro Zenobio, visto en varios registros, es hacia 1949 cuando el entonces alcalde de Huancayo, Horacio Gutiérrez Tordoya, convoca a un Concejo Municipal para encargar a un músico organizar la embajada cultural que represente a Huancayo en la Feria del Pacífico en Lima. Por votación, el maestro Zenobio gana y propone llevar algo indigenista, a sus cutunchas, como lo narra, y para ello se empeña en crear una música para ese zapateo. Ahí nace el ritmo del huaylarsh moderno.
Al siguiente año, en 1950, el maestro Dagha funda su orquesta Juventud Huancaína y comienza a llevar el huaylarsh moderno por todo el Valle. El primer distrito a donde lo lleva es Huancán, donde registra uno de sus primeros huaylarsh Águila Huancán. Ahí, por primera vez y ante el público de Huancayo presenta el huaylarsh moderno, como inicialmente lo llamó, y recibe los aplausos del público.
La presencia del saxo en la orquesta típica
La inserción del saxo en la orquesta típica del centro fue en los años ’40. De acuerdo al libro Mi vida entre cantos, de Alicia Maguiña, Zenobio insertó el saxo tenor (de sonido más grave). Tengamos en cuenta que las orquestas típicas del centro, hacia 1917 estaban conformadas por un arpa y tres violines, como lo narra la autora en el citado libro.
En adelante, Zenobio Dagha Sapaico, el ‘Patriarca del Huaylarsh moderno’, se permitía componer diversos huaylarsh, de acuerdo al lugar, al sentimiento o por años: 1961, 1962, 1964, 1966, 1968. Siempre acuérdense de mí, Takanakuy, Hermanoshray, Huaylarsh agrario y una lista extensa que grabó con su orquesta y compuso por propio cariño. Como lo describe Rodrigo Montoya en Celebración de wayno, “en los años 1948 y 1953, se grabaron los primeros discos de música andina”. Fue una década dorada de la música andina en Lima.
“En 1949 el maestro Zenobio fue elegido como embajador de la cultura de Huancayo para la Feria del Pacífico en Lima. Propuso presentar algo indigenista, a sus cutunchas, y para ello se empeña en crear una música para ese zapateo. Ahí nace el ritmo del huaylarsh moderno”
Sin duda, la historia de la música huanca y del Valle del Mantaro ha tenido grandes maestros que, de acuerdo a su tiempo, innovación, creatividad y, sobre todo, amor a su tierra, crearon ritmos que le dieron alma a este gran valle, hasta hoy. Si bien la música y las tradiciones tienen una constante evolución y cambio, hace falta recordar y tener memoria a quienes sembraron las semillas e hicieron brotar un campo lleno de notas musicales y sentimientos.
En la resolución de la declaratoria de patrimonio se lee sobre el maestro Zenobio: “Fue uno de los principales protagonistas en el proceso de construcción de la identidad musical del valle del Mantaro y de la región Junín, alcanzando particular trascendencia por dos razones específicas. Primero, por haber contribuido a la incorporación y aceptación del saxofón dentro de la orquesta típica del centro; y segundo, por haber adaptado en dicho formato instrumental el huaylarsh”.