Jugando al chiste o a la burla, el Congreso de la República ha decidido ampliar por una semana más la legislatura y abrir una última y agónica posibilidad de aprobar un adelanto de elecciones para este año 2023. Como estamos en el Perú hasta las cosas más delicadas se prestan al antojo o a lo que viene en gana.
Sin embargo, habiéndose abierto un nuevo escenario, este miércoles 15 la Junta de Portavoces tendría que aprobar un nuevo proyecto de adelanto de elecciones para discutirlo en el Pleno del jueves.
Aunque no es nada seguro por las amargas experiencias que vivimos, teóricamente la mayoría de bancadas estarían de acuerdo en sacar adelante este último intento para adelantar las elecciones. Insisten en oponerse solo Renovación Popular, Avanza País y Bloque Magisterial. No nos olvidemos que en el pleno se requiere 87 votos.
Otra arista que podría frustrar por enésima vez el adelanto de elecciones es que el gobierno, aparentemente, cree que ha comenzado a superarse la crisis política y por ende el fortalecimiento del régimen de Dina Boluarte. Lo acaba de decir el ministro de Economía, Alex Contreras, que “lo peor ya pasó”. Cada vez más se nota un descenso de la conflictividad, baja el bloqueo de carreteras y las empresas vuelven a funcionar, subrayó el ministro, minimizando así las protestas contra la presidenta. Lo que no dice el ministro es que todo esto se debería al agotamiento de los protestantes y a la fuerte represión policial.
“Se espera, aunque con mucho pesimismo, que el Congreso esta semana apruebe el adelanto de elecciones el 2023. Porque una eventual renuncia de Dina Boluarte, así como están las cosas es como pedir “peras al olmo”“
Este particular escenario podría, igualmente, influir en el accionar del Congreso al momento de votar el adelanto de elecciones.
El gobierno de Dina Boluarte siente que ha llegado el momento de fortalecerse y ha decidido aplicar el “borrón y cuenta nueva”, sin importar los trágicos costos sociales y todo lo que haya pasado.
También se visualiza que la mayoría del Congreso habría decidido debatir, únicamente, el adelanto de elecciones dejando de lado la propuesta de incluir el referendo constitucional. Veremos si Perú Libre deja de insistir es esa vana propuesta de la asamblea constituyente, que semanas atrás “sin querer queriendo” bloqueó el objetivo central que es el adelanto de elecciones, haciéndole el juego a la ultraderecha recalcitrante (RP y AvP) que a como dé lugar quiere quedarse hasta el 2026.
Sin embargo, el Bloque Magisterial ha anunciado que seguirá insistiendo en la asamblea constituyente, trasluciendo así su nefasto objetivo de quedarse solo por los beneficios económicos que le otorga el Congreso. Pero si el resto de bancadas llegaran a un consenso podrían derrotar en la votación a los que quieren quedarse cueste lo que cueste.
“Por esta vez se debe postergar la exigencia de la asamblea constituyente. No porque no exista razones para sepultar a la Carta del ´93, sino se trata de crear y esperar mejores escenarios que permita debatir y demostrar la necesidad de tener una nueva Carta Magna”
Cierto es que el referendo para la asamblea constituyente, que busca redactar un nuevo contrato social que reemplace a la actual Constitución de 1993, es una carísima aspiración de la mayoría del pueblo peruano; pero no menos cierto es que en este Congreso de abrumadora mayoría derechista no existe la voluntad ni los votos para encaminarlo.
Es muy conocida esa frase que dice: “Un paso adelante y dos atrás”. Esto en política significa que en determinadas circunstancias hay que saber retroceder para consolidar posiciones y más adelante retomar el objetivo en mejores condiciones.
Eso grafica que por esta vez se debe postergar la exigencia de la asamblea constituyente. No porque no exista razones para sepultar a la Carta del ´93, sino se trata de crear y esperar mejores escenarios que permita debatir y demostrar la necesidad de tener una nueva Carta Magna.
Por consiguiente, se espera, aunque con mucho pesimismo, que el Congreso esta semana apruebe el adelanto de elecciones el 2023. Porque una eventual renuncia de Dina Boluarte, así como están las cosas es como pedir “peras al olmo”. Salvo mejor parecer