– Me faltan unos añitos para llegar a los 70 años y poder retirarme
La ingeniera agrónoma Luz Noemí Zúñiga López, huancaína, lleva 42 años en el área de mejoramiento genético de la papa, en la Estación Experimental Santa Ana en Huancayo, del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), y ahora lidera el equipo de producción genética de semilla de papa, por la metodología de la clonación vegetativa.
“Producimos por un proceso de termoterapia, las plantas libres de virus para darle semilla nueva a los agricultores y puedan incrementar su rendimiento”, dice la agrónoma egresada en 1978 de la Universidad Nacional del Centro del Perú, y hoy jefa del Programa Nacional de Raíces y Tuberosas.
En el tiempo que la ingeniera Noemí Zúñiga lleva en el INIA, la Estación Experimental Santa Ana, ha generado diez nuevas variedades de papa, algunas de ellas aptas para la agro industria, como las pollerías.
– De aquí sale la semilla genética –explica Noemí, ubicada en el laboratorio laboratorio de tejidos–, a partir de estas plantas in vitro que ya han sido regeneradas y las propagamos.
Noemí, hija de agricultores productores de papa, agradece a Dios de que el Perú sea el centro de origen de las más de 3.800 variedades de este tubérculo, y que a través de la historia se haya diseminado por el mundo.
“Aquí hacemos la propagación clonar en forma vegetativa: cortamos los tallitos, y de una sola papa sacamos nuevos clones. Por ejemplo, aquí tenemos la papa Serranita. De los nudos empiezan a desarrollar, a crecer nuevas plantitas y estas se convierten en plantas más grandes, que están listas para el invernadero donde producirán los primeros tubérculos prebásicos, de alta calidad sanitaria. Esa semilla irá al campo.
“Esta tecnología estamos aplicando desde 1989, más o menos. Del Centro Internacional de la Papa recibimos una capacitación e implementamos nuestro laboratorio. No fue fácil. Hicimos nuestra cámara de termoterapia para limpiar el virus, nuestra cámara de flujo laminar que entonces era simplemente una caja de vidrio donde sólo ingresaba nuestras manos y todo tapado para no contaminar con nuestra respiración. Ahí teníamos el mechero hacíamos los cortes. Ahora vamos ya tenemos una cámara diferente; ya un equipo que nos permite cortar con la asepsia debida y con el flujo de aire limpio, con calidad.
“Y tenemos esta área que es el centro de incubación o de crecimiento de las plantas. Ya tenemos aire acondicionado, pero todavía falta implementar. Con la luz del día las plantas crecen mejor.“Nosotros vendemos estas plantas así en estos táperes o en magentas que tenemos otras cajas. Vendemos a todo Perú. Aquí en Huancayo, a Jauja, donde ya hay varios invernaderos. Vendemos a Huasa Huasi, el distrito productor de papa de Tarma. Nuestras plantas ya fueron a Andahuaylas, Cajamarca, Ayacucho. Todas las 19 zonas productoras de papa nos solicitan y les enviamos debidamente empacados.
“Hemos recibido inicialmente material del Centro Internacional de la Papa, los hijos para evaluar en diferentes localidades con una metodología participativa, con los agricultores, han ido saliendo las variedades. Seguimos sacando más variedades, pero ya de cruzamientos hechos por nosotros, con material original peruano.“Hay que trabajar todos por nuestro país. Perú tiene más de 8.000 años sembrando papa. Ese conocimiento innato de los productores altoandinos es de alta calidad sobre sus suelos, su clima, el agua, el movimiento de las estrellas, de la luna para que nuestras plantas crezcan y produzcan adecuadamente.
“Esa interacción de conocimientos académicos y del campo me han permitido adquirir una responsabilidad porque ahora nos estamos preparando para sacar más variedades, para incrementar semillas. Perú ha vivido del consumo de papas; es su seguridad alimentaria.
“De Perú ha salido la papa y en el mundo se siembra en más de 120 países. Europa tiene un promedio de consumo de más de 100 kilos por persona al año, mucho más que nosotros. China es el primer productor de papas: siembra más de 5 millones de hectáreas al año. Perú siembra 320.000 hectáreas. Es un desafío. O sea, la seguridad alimentaria del mundo está en este cultivo.
“Si nos dieran las facilidades, nosotros podríamos entregar las papas a las pollerías para que conozcan la calidad y no usen la papa congelada y entonces vamos a comer con gusto, nutrirnos y mejorar nuestro sistema inmunológico de las personas. Tenemos vitamina C en la papa.
“Nuestros representantes regionales, locales, el Congreso, los ministerios; todos deben ver que nuestro país necesita darle valor a la tecnología que desarrollamos. La tecnología del extranjero es buena, pero nosotros estamos en la capacidad de hacerlo. Si hasta aquí hemos demostrado en dar variedades de papa, semilla de calidad; estamos usando la tecnología molecular también para identificar enfermedades virales, nos estamos preparando para enfermedades emergentes. Es necesario que los representantes con poder de decisión refuerzan el sistema de investigación e innovación agrícola, porque eso va a salvar al país.