El botadero de residuos sólidos Ranracucho, en Huancavelica genera impactos en el ambiente, al degradar el ambiente con lixiviados que genera y afecta los terrenos de las comunidades de Qallqui Grande y Pucarumi, pues allí está ubicado.
La Contraloría General constató que en la zanja profunda donde se depositan los residuos sólidos, se empozan las aguas pluviales y lixiviados, los mismos que no discurren porque el tubo de drenaje está situado en una parte superior de la poza.
El cerco perimétricto está incompleto y eso permite que ingresen aniamales a la zona. Todo esto ocurre sin que la Municipalidad Provincial de Huancavelica no cuenta con el Instrumento de Gestión Ambiental (IGA), para realizar acciones de recuperación de las áreas degradadas por los residuos sólidos.
La Contraloría dijo que 131 trabajadores que realizan el servicio de recolección, transporte y disposición final de residuos sólidos no cuentan con la vacuna antitetánica, tampoco pasaron por exámenes médicos ocupacionales, y la mayoría de ellos no cuenta con Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo y la dosis completa de la vacuna contra la covid-19 .
La municipalidad también carece de un programa de supervisión para las operaciones del manejo de residuos sólidos, y tampoco supervizó en el último semestre el adecuado servicio de la limpieza y su continuidad.