Se busca. El hombre que se ganaba la vida pastando ganado desapareció tras el crimen y ahora pesa una orden de detención preliminar de 72 horas contra Fortunato Soto Toralba (81), conviviente de Ermelinda Genoveva Lázaro Huamán (55). Él es investigado por el feminicidio ocurrido el 31 de agosto en el sector Miluyo, en Chongos Alto (Chupaca). La medida fue dictada por el Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria Especializado en Violencia contra la Mujer de Huancayo.
La resolución, firmada por la jueza Maribel Rafael Jines el 15 de noviembre, aceptó el pedido del fiscal Ricardo Bravo Meza, quien presentó indicios que vinculan al octogenario con el crimen, calificado como feminicidio agravado, cuya pena supera los 20 años de cárcel.
Último registro y hallazgo
Según la investigación, Ermelinda salió de su casa en Huayucachi alrededor de las 6:00 a.m. junto a Fortunato, quien cargaba una mochila morada. Cámaras de seguridad de la Municipalidad de Viques los captaron a las 6:22 a.m. rumbo a Chupuro. Fue la última vez que se la vio con vida.
El cuerpo fue encontrado en una vivienda rústica de 2.90 por 6.80 metros, propiedad de Tomás Meza Ferrer (62), quien no la habitaba desde hace cinco años. La necropsia determinó que Ermelinda fue atacada con un objeto contundente en la cabeza y el rostro, y luego estrangulada con una cuerda de nailon que tenía dos vueltas alrededor del cuello, anudada junto a su cabello.
Evidencias clave
Los peritos hallaron sangre humana del grupo ‘O’, el mismo de la víctima, en una casaca azul con mangas rojas encontrada dentro de la mochila morada del investigado. También hallaron sangre en una camisa blanca.
En la escena se incautaron una roca y un pico que, según la pericia física N.º 2051-2054/25, son compatibles con lesiones por objeto contundente. Además, se encontró una cuerda con sangre del grupo ‘O’ y cabellos humanos.
Un testimonio que reforzó la sospecha fue el de Juan Máximo Soto Huamán (66), dueño de la casa donde vivía Fortunato desde febrero. El 7 de septiembre halló una nota manuscrita en la que este se despedía: “Discúlpame papá, mamá, estoy saliendo de la casa muy lejos… no papi, estoy dejando mis cositas tal como está”.
Peligro de fuga
El juzgado consideró la gravedad del delito y la desaparición del investigado. Una verificación domiciliaria el 4 de noviembre confirmó que ya no vivía en el barrio Colpa de Huayucachi. El 12 de septiembre, sus seis hijos presentaron un escrito indicando que desconocían su paradero.
Por ello, la resolución sostiene que la detención es “indispensable para prevenir el riesgo de fuga y la obstaculización de la averiguación de la verdad”.
Lo que viene
La detención preliminar permitirá que, una vez ubicado, el investigado sea puesto a disposición del juzgado para responder por el crimen. Tras su fuga, ahora es tarea de la Policía Nacional hallar su paradero y ejecutar la orden de captura.


