Barcos y Alianza Lima: un ídolo afuera y problemas adentro

La posible salida de Hernán Barcos expone las contradicciones internas de Alianza Lima: mientras el ídolo que sostuvo al equipo queda fuera, se mantienen piezas que fallaron dentro y fuera de la cancha.
Barcos
Erick Gamarra
Erick Gamarra
Periodista
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Un orgullo hacer parte del más grande del Perú”, declaró Hernán Barcos al llegar a Alianza Lima en 2021, con una promesa lanzada en medio del caos. Aterrizó en un club golpeado, con la experiencia de quien enfrentó estadios y presiones en Argentina, Paraguay, Colombia, Ecuador, Portugal y Brasil, y con más de 200 goles como respaldo. Lo que vino después fue entrega verdadera, con anotaciones en momentos decisivos, trabajo constante, títulos y muchas alegrías. Con esfuerzo y liderazgo auténtico, se ganó el respeto y el cariño hasta convertirse en un ídolo. Por eso cuesta aceptar reportes que anticipan que la dirigencia no le renovaría, porque su adiós no respondería al campo, sino con elecciones que pasan por alto que él siempre fue profesional cuando otros no.

Es importante recordar lo que el ‘Pirata’ hizo por la blanquiazul. A la fecha, disputó 186 cotejos y transformó 76 dianas, convirtiéndose en el máximo goleador extranjero en el historial aliancista. Tantos que fueron clave para que Alianza obtenga el bicampeonato de 2021 y 2022. Además, en este 2025, con su aporte ofensivo, el ‘Equipo del Pueblo’ alcanzó una destacada participación internacional. Sin sus conquistas, los Íntimos posiblemente se habrían quedado en la fase previa de la Copa Libertadores, ya sea con Nacional de Asunción o ante Boca Juniors, en esa noche épica en La Bombonera. Quizá entonces Néstor Gorosito y su cuerpo técnico podrían haber terminado su contrato prematuramente. Con un promedio de gol cercano a 15 por temporada, suena inconcebible que se le pretenda dejar de lado por razones exclusivamente futbolísticas.

 

“Con esfuerzo y liderazgo auténtico, se ganó el respeto y el cariño hasta convertirse en un ídolo. Por eso cuesta aceptar que su adiós no responda al campo, sino a decisiones que pasan por alto que él siempre fue profesional cuando otros no”

 

En este tiempo, Hernán no fue cómodo para los que preferían el libertinaje en lugar del orden. Mientras él impulsaba compromiso, otros acumulaban desatenciones, expulsiones y/o noches que pesaban en el césped, incluso si previamente se perdió un torneo, tal cual ocurrió tras el Clausura 2023 con Carlos Zambrano como uno de los protagonistas. Y, aun así, hoy se habla de la partida del argentino, a la vez que se mantienen a elementos que fallaron en la cancha y fuera de ella. Si el dato se confirma, la contradicción es evidente: el que aportó profesionalismo al plantel se va, y los que generaron problemas siguen.

También sorprende el nulo apoyo que Gorosito le brindó al ‘Pirata’. Recientemente, dio a entender que, al final, no es él quien arma el elenco, sino que la directiva manda, con frases tipo: “A mí me piden una opinión, pero siempre el que decide es el club”, al ser consultado por las renovaciones. Paradójicamente, su propia continuidad es cuestionada por hinchas, tomando en cuenta que no se logró el trofeo y la campaña nacional no estuvo a la altura de las expectativas. Y desde la administración, el panorama no es mejor, ya que resulta lamentable que, justo cuando Alianza tiene duelos de definición con lo que respecta a su presencia en la próxima Libertadores, se filtre una información tan delicada, sobre la mencionada salida de Barcos. Si el vestuario ya estaba fracturado, esto lo pulveriza. Mal con el señor Cabada y los que dan las disposiciones en Matute.

 

“Se va un futbolista y perdura un ídolo. Y los ídolos, cuando son auténticos, nunca desaparecen del pueblo.”

 

En 2026, Alianza Lima pudo tener un delantero de jerarquía junto a Paolo Guerrero y Hernán. Esa opción quedó atrás. Ahora, los Navarro están obligados a acertar con el próximo fichaje en ataque, porque deberán encontrar a alguien que se supere la cantidad de marcaciones que el ‘Pirata’ sostuvo. Si fallan, la decisión de no renovarle será un golpe para la entidad y ellos mismos. A Barcos solo queda agradecerle su dedicación, su amor por la camiseta y las hojas imborrables que escribió en la historia aliancista. Se va un futbolista y perdura un ídolo. Y los ídolos, cuando son auténticos, nunca desaparecen del pueblo.