Presentaciones orales efectivas: el rol del lenguaje no verbal en la comunicación

En una exposición, lo que se dice importa tanto como cómo se dice. La postura, los gestos, la mirada y el movimiento en el escenario pueden reforzar —o debilitar— el mensaje. Especialistas explican cómo dominar el lenguaje no verbal para lograr presentaciones orales más efectivas.
El lenguaje corporal comunica bastante
Percy Salomé
Percy Salomé
psalome2003@gmail.com
Share on facebook
Share on whatsapp
Share on twitter

En toda exposición oral, el contenido y la claridad del mensaje son fundamentales. Sin embargo, existe un factor que muchas veces es ignorado y que puede determinar el impacto de una presentación: el lenguaje no verbal.

Ana Vega, coordinadora académica de la Facultad de Educación del Campus Huancayo de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), explica por qué este componente es clave en el desarrollo de una comunicación efectiva, especialmente en entornos académicos y profesionales. Ella afirma que “el 70 % de la comunicación universal es no verbal”.

El cuerpo comunica

El lenguaje no verbal está compuesto por el contacto visual, los gestos, los ademanes, la postura corporal y el desplazamiento escénico. Todo ello, sumado a una buena preparación del contenido, contribuye a una presentación poderosa y coherente. “Una postura erguida y segura transmite confianza; una encorvada, en cambio, proyecta inseguridad”, señala Vega.

La mirada también juega un rol determinante: “Los ojos son el lenguaje del alma. Recorrer la mirada por todo el auditorio con seguridad y sin evasión refuerza el mensaje. En cambio, mirar al piso o hacia los costados puede transmitir falta de preparación”.

Gestos, movimiento y expresión

Los gestos de las manos subrayan el contenido verbal, refuerzan ideas y añaden dinamismo. La expresión facial, por su parte, debe estar en sintonía con lo que se dice. “Mil veces mejor una sonrisa que un ceño fruncido”, aconseja Vega.

Sobre el desplazamiento en el escenario, enfatiza que caminar con naturalidad y mostrar cercanía genera una atmósfera de confianza. “Los gestos deben poder abrazar a todo el auditorio”, opina.

Lenguaje coherente, mensaje más potente

El lenguaje verbal y el no verbal no deben ir por caminos separados, sino reforzarse mutuamente, explica. “Son las dos caras de una misma moneda. La coherencia entre ambos impacta fuertemente en la audiencia”, señala Vega. Agrega que una buena presentación puede verse afectada si el lenguaje corporal no está bien trabajado.

El lenguaje no verbal es una herramienta esencial que toda persona que realiza presentaciones debe aprender a dominar, indica la docente de la UTP. La postura, los gestos y la expresión son aliados clave en cualquier presentación oral. “Hablar bien es importante, pero comunicar con el cuerpo es lo que marca la diferencia”, concluye.