En un comunicado que busca salvaguardar la imagen de Miguel Salazar Steiger y Rafael Ísmodes Cascón, prorrector para la Persona y la Cultura, y Capellán de la Universidad Católica San Pablo, respectivamente; las autoridades de la universidad comunican la decisión de la Asamblea General de “alejar a ambas personas de la vida académica y de las actividades de la universidad“, tras la expulsión de ambos personajes del Sodalicio, decretada por el Vaticano. Ambos fueron encontrados responsables de abusos, tortura, sadismo, manipulación y malos manejos, entre otros, cometidos contra miembros de su propia orden.
La misiva de las autoridades, que se dirige a la comunidad universitaria y se distribuyó este miércoles, acota inmediatamente que “este sentir coincide con la voluntad de los involucrados, quienes tomaron la iniciativa de apartarse de sus funciones“. No hay mención a los gravísimos hechos que el Vaticano, a través del Papa Francisco y la misión especial que investigó las denuncias contra miembros del Sodalicio, imputa a los nombrados y a otros 8 integrantes del SVC expulsados. Tampoco, alguna mención para las víctimas de estos abusos. Solo piden unión ante este “momento desafiante”.
El comunicado de la Nunciatura Apostólica, sobre la decisión papal, habla de abusos físicos, abusos de conciencia, abuso espiritual, abuso en la administración de bienes eclesiásticos. Además, “abuso del cargo y de autoridad, con episodios de hackeo de las comunicaciones y acoso en el lugar de trabajo, así como encubrimiento de los delitos cometidos en el seno de esta institución“. Pero las autoridades subestiman este informe, pese a que los dos involucrados tenían poder decisivo en esta casa de estudios. Este es su “sentir”.
Comunicación enviada este miércoles por correo electrónico a la comunidad universitaria. Fue luego de conocerse el tajante comunicado de la Santa Sede sobre Miguel Salazar y Rafael Ísmodes
Denuncias en la Universidad San Pablo
El hacer de la vista gorda, no es novedoso en la Universidad San Pablo, desde que el “mandamás” en los hechos, Miguel Salazar, estaba comprometido. Pero la denuncia más escandalosa, por acoso sexual, involucró al anterior Capellán de la UCSP, el sacerdote Luis Ferroggiaro Dentone. Ejercía ese cargo, pese a que ya se conocían dos denuncias previas contra él, por acoso sexual. La primera, la del actor Jason Day a quien otro de los expulsados, el periodista Alejandro Bermúdez, intentó descalificar con sus publicaciones en ACI Prensa. Y la segunda, de un joven del Callao, donde Ferroggiaro ejerció el sacerdocio.
Ferrogiaro Dentone fue acusado por el padre de un niño de 7 años, con quien habría sido “cariñoso” en exceso, en abril de 2016. La Universidad, no solo desestimó la denuncia, sino que no hizo una investigación real. Fue solo la decisión del Arzobispo de Arequipa, Javier del Río Alba, la que dispuso su alejamiento del cargo y de la ciudad. Sin ninguna recomendación o sanción, el acusado reside ahora en Estados Unidos.
Pero en agosto de 2023, tras la llegada al Perú de la Comisión Especial de investigación enviada por el Papa, el tema volvió a tocarse. Miguel Salazar, superior del SVC en Arequipa, había reunido a los docentes de la Universidad San Pablo para tranquilizarlos sobre los resultados de esa investigación. Según dijo, ante un auditorio repleto y ansioso, “todo estaba en orden” y nada hacía prever que habría sanciones o disolución del Sodalicio. Entonces, lo confrontó un docente que llamaremos Roldán*, le reprochó que no se hubiera investigado el caso contra Ferrogiaro, que él conocía de cerca. Y habló en voz alta, por primera vez, de los abusos que cometió el Sodalicio, fuera y dentro de la universidad.
Como era de esperarse, Roldán terminó rápidamente despedido de la UCSP.
Miguel Salazar, protector y protegido
Miguel Salazar Steiger era el superior de la casa de formación sodálite en San Bartolo cuando Martín López de Romaña sufrió abuso de Jeffrey Daniels. El entonces joven arequipeño, que ingresó al Sodalicio a los doce años, le contó todo lo que estaba padeciendo, con detalles. Pero Salazar no hizo nada al respecto. Más aún, le pidió que no hable del asunto con nadie, que guardara silencio. El eterno silencio de aquel encierro que se convirtió en una cárcel psicológica para decenas de jóvenes.
Ya liberado, Martín ha escrito un libro titulado “La jaula invisible”, donde describe sus días atroces como integrante del Sodalicio, al que califica de secta. Su hermano, Vicente López de Romaña Jenkins, menos locuaz, ha pintado sus aterradoras vivencias con el mismo profundo dolor por una infancia y juventud perdidas.
https://elbuho.pe/2021/11/martin-lopez-de-romana-y-su-libro-la-jaula-invisible-el-sodalicio-es-una-secta-video
Otra víctima del Sodalicio, Oscar Osterling, sindica directamente a Miguel Salazar como autoritario y encubridor de los incontables abusos de los que fue víctima. Nada de eso, sin embargo, conmovió a los “humanistas” jerarcas de la Universidad San Pablo. La alta sociedad arequipeña es también, en buena parte, partícipe del voto de silencio que se ha tornado en complicidad.
La jerarquía vertical e inclemente del SVC también se trasladó a la actividad académica de la Universidad San Pablo. La mínima alteración del código de obediencia y silencio, fue duramente castigada al interior de la UCSP, como lo atestiguan varios docentes y exdocentes. Y el ingreso a la docencia fue condicionado en numerosas ocasiones a la práctica de ritos religiosos o la pertenencia al SVC.
En todos los casos, queda implícita la obediencia ciega a un código de conducta no escrito que prioriza el silencio y la obediencia. La fe y la sumisión, por encima del pensamiento crítico y la libertad. Todo esto, pese a autodenominarse “una comunidad académica llamada a hacer el bien”.
(*) NOTA DEL EDITOR: El nombre del docente se mantendrá en reserva a pedido de parte. Actualizado a las 13:20 del 27-09-24
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