El “Taita Shanty” urbano y rural

El crecimiento urbanístico de las ciudades ha despojado a la fiesta del “Taita Shanti” de su esencia rural pastoril, de su dualidad pagano religiosa y, lo que es peor la ha deformado con una mancha eminentemente comercial.
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Jorge Ponce
Jorge Ponce
Periodista
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¡¡Ahhh, mi “Taita Shanti” de aquellos años!!

El crecimiento urbanístico de las ciudades ha despojado a la fiesta de “Taita Shanti” de su esencia rural – pastoril y de su dualidad pagano – religiosa. Pero, lo que es peor, la ha deformado con una mancha eminentemente comercial.

En la comunidad rural todavía se puede bailar y apreciar el Santiago desde el velacuy (víspera), el lucy lucy (jugando con las patas de los animales), el bautizo del ganado con la colocación de cintas y los instantes supremos de la danza con el cadencioso zapateo del “shacatán”.

En ciudades como Huancayo ya no se vive ni se aprecia este inolvidable ritual, pues por su interés comercial y de lucro se ha impuesto el baile simplista del jolgorio por el jolgorio acompañado del correspondiente “chupódromo”, que en más de las veces termina en broncas, escándalos, con su secuela de suciedad, urinarios malolientes y ebrios que amanecen tirados en las calles.

Históricamente, la fiesta del Santiago no va tanto con esa caricaturización del “santiago mata moros” al “santiago mata indios” como algunos lo señalan. El “taita shanti” es el resultado de una especie de simbiosis entre la fiesta pagana del ganado en la sociedad precolombina con elementos del cristianismo católico impuesto posteriormente por los conquistadores españoles.

 

“En ciudades como Huancayo ya no se vive ni se aprecia este inolvidable ritual, pues por su interés comercial y de lucro se ha impuesto el baile simplista del jolgorio por el jolgorio acompañado del correspondiente “chupódromo””

 

No nos olvidemos que el 25 de julio, día central del “Taita Shanti”, también se celebra en España al Apóstol Santiago como su santo patrón.

Mientras que en la guerra contra los musulmanes o moros el Santiago simbolizaba el grito de guerra con el que acometían los españoles; los huancas lo festejan con el guapido fuerte y sensual durante la danza, liberando emociones y alegría.

Hoy, los instrumentos oriundos como la tinya, la corneta de cacho y la cantora, vienen siendo reemplazadas por orquestas de arpa, violín y saxos.

En el mundo rural la fiesta tradicional del “Taita Shanti” con elementos paganos alegres y festivos comienza en la noche 24 de julio con el velacuy. En tanto que los actos oficiosos siguen el 25 con la misa al santo Santiago, que se hace presente en una urnita bien adornada y montado sobre su caballo blanco blandiendo la espada y que será bendecido por el cura.

Luego vendrá la fiesta propiamente dicha del ganado con el bautizo y colocación de cintas, bailando al son de la corneta, la tinya y la cantora. Mientras que el pastor espera con su “huallcapo” repleto de frutas y galletas para llevar a los agasajados animales al campo.

La fiesta prosigue en la casa del patrono bailando y degustando ricos potajes de comida. Sin dejar de lado la coca, chicha y aguardiente hasta las últimas consecuencias, incluido “tumbayquichu”.

Vayamos a las comunidades a disfrutar todavía del auténtico “Taita Shanti”.